A pesar de la cercanía de la temporada navideña, no pretendo referirme a los villancicos que tan populares se vuelven en este mes del año, ya que una de las cosas más importantes que tendremos que tener muy en cuenta para los gastos de este diciembre es la llamada “cuesta de enero” que va a ser más alta que el monte Everest, debido, entre otras cosas, al gasolinazo, al incremento en el precio de la energía eléctrica y al de todos los alimentos.
No obstante es pertinente hablar sobre “campanas”, ya que estos objetos han cobrado mucha importancia en nuestro país, con la única diferencia que la que fue tocada en 1810 sirvió para convocar a los mexicanos a la lucha por la independencia, y las que sonaron hace dos domingos tal pareciera que buscaron callar las voces de una propuesta que busca la “independencia energética del país”.
Y lo señalo porque el tema de las campanas fue de tal importancia, que muchos medios pasaron por alto la propuesta que en materia energética lanzara Andrés Manuel López Obrador.
Por ello y a pesar del ruido de las campanas, vale recordar aunque sea brevemente el planteamiento del Presidente Legítimo.
Su propuesta busca evitar que el sector energético se entregue al capital privado y extranjero, para ello ha planteado que se trabaje en tres grandes vertientes; la de reducir gastos superfluos y de operación del gobierno para liberar recursos y ser invertidos en el sector, a ello añade, la utilización de los excedentes petroleros exclusivamente en el sector energético y la reorganización misma de Pemex para que se corrijan los errores que se han cometido en la absurda política de precios, lo ha provocado, entre otras cosas, el desmantelamiento de la petroquímica y la necesidad de importar gasolina y gas natural.
Es decir, el proyecto pretende que no se repita más lo que ha venido sucediendo con los excedentes petroleros desde 2001 y que se ha mantenido durante 2007.
Y es que de acuerdo con datos oficiales, durante el presente año las finanzas públicas registrarán excedentes petroleros por más de 110 mil millones de pesos; sin embargo, el gasto corriente y de operación del gobierno será mucho mayor que la inversión pública.
Así, mientras que al mes de septiembre del presente año los ingresos petroleros fueron mayores a lo esperado en aproximadamente 77 mil 561 millones de pesos, la inversión directa gubernamental apenas registró un crecimiento de 11 mil 703 millones de pesos.
Sin embargo, el gasto corriente del gobierno registró un crecimiento de 84 mil 437 millones de pesos, cifra que resulta ocho veces superior al gasto de inversión, por lo que este gasto corriente absorbió la totalidad de los excedentes petroleros acumulados durante los primeros nueve meses del año.
Esta comparación resulta más contradictoria al observar que la inversión en obra pública para Pemex fue de sólo 4 mil 314 millones de pesos y para mantenimiento de proyectos fue de mil 599 millones de pesos, mientras que el costo de los Pidiregas ascendió a 21 mil 790 millones de pesos y el pago de intereses de su deuda a poco más de 31 mil millones de pesos.
Sin embargo, algunos piensan que las campanas del domingo 18 de noviembre también acallaron a los ministros de la Suprema Corte de Justicia, quienes decidieron perdonar los pecados del góber precioso, empezando por los relativos a la pederastia.
¿Será que una investigación o condena hubiera exhibido a algunos destacados integrantes de la casta eclesiástica? ¿O será que las campanas ahora buscan impedir la impartición de justicia?
*Secretario de la hacienda pública del gobierno legítimo
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