1. Se iniciará una gran reforma integral en el nivel de enseñanza media superior o de bachillerato en México sobre cuatro ejes rectores, destacó el presidente ilegítimo Felipe Calderón. Señaló: a) que su administración combatirá la proliferación de escuelas de baja calidad; b) que se creará un sistema de educación a distancia, lo que implicará crear opciones a través de Internet; c) que la formación de los jóvenes deberá responder a las necesidades del sector productivo e impedir que al finalizar sus estudios los egresados se queden en el desempleo, y d) la profesionalización de los docentes y mejoras en la gestión escolar. Explicó que a través de cuatro ejes centrales de dicha reforma se pretende que el bachillerato deje de ser “el cuello de botella del sistema educativo”. En este momento —comentó— 4 de cada 10 jóvenes en edad de ir al bachillerato no lo hacen, y 40 de cada 100 que ingresan a la escuela abandonan sus estudios.
2. De los cuatro ejes de la “reforma integral del bachillerato” que pretende imponer el gobierno panista derechista, el único que la SEP ha impulsado desde 1972 en la época del PRI (mediante la creación y la enorme proliferación de escuelas técnicas) es el de “preparar a los jóvenes para responder al sistema productivo”. Los programas de creación de escuelas para el “trabajo industrial”, para “conservación de alimentos”, de “técnicos en turismo”, el inglés y la computación, así como ingenieros especialistas en jabones y detergentes, vienen de los años sesenta. Sin embargo, no por egresar de escuelas y universidades tecnológicas más técnicos y profesionistas todos están empleados. Nada de eso, el desempleo crece enormemente porque los empresarios no reinvierten para crear fuentes de trabajo y el gobierno mexicano, que tuvo hasta los años ochenta aproximadamente mil, 500 empresas, las vendió dejando de ser empleador.
3. Cuando Calderón habla de combatir las escuelas de baja calidad, las “escuelas patito”, parece estar “pateando el pesebre”, olvida que son los panistas (los sectores derechistas enemigos de la educación pública) los que han apoyado ampliamente la creación y proliferación de las escuelas privadas y confesionales, como una forma de negocio. ¿Qué son por ejemplo la llamada “Escuela libre de derecho”, la Septiem García de Periodismo, etcétera, que otorgaron cientos de títulos a los panistas que están en el poder, sino las “universidades” de los enemigos del “comunismo educativo”? ¿Acaso no recuerda Calderón que esas escuelas privadas y católicas son el voto cautivo de los panistas? Originalmente la escuela privada sólo fue autorizada para cubrir la falta de escuela pública; pero en los últimos 25 años, contó con tanto apoyo gubernamental, que pasó de representar sólo un 10 por ciento a casi un 35 por ciento. La escuela pública con escasez de presupuesto sólo atiende hoy a un 65 por ciento del alumnado.
4. La educación abierta por televisión y con asesorías, existe en México desde los años setenta. La educación a distancia se extendió por la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) desde 1979. Así que no es nueva la propuesta calderonista. Sin embargo, lo que puede verse con nitidez es que a pesar del centenar de consejeros especialistas de la SEP, no salen las ideas ni las propuestas de lo que se busca en educación. Quizá no hay que poner en duda la capacidad de los especialistas; lo seguro es que no hay posibilidades para aplicar proyectos educativos acordes a la derecha que gobierna. Poner los programas educativos al servicio del sector productivo no es fácil, sobre todo si se tiene en cuenta que ese sector no crece, que las fuentes de empleo son cada vez menos, que los salarios que se pagan son miserables y que los jóvenes comienzan a rebelarse porque se pretende convertirlos en trabajadores explotados como lo han sido sus padres.
5. Cuándo Calderón propone la profesionalización de los docentes pareciera repetir los discursos demagógicos sexenales de siempre que se topan con la “falta de presupuesto” y la incapacidad para elevar el nivel cultural y pedagógico del magisterio. Hay decenas de miles de profesores que han abandonado totalmente (o en parte) su profesión, porque sus ingresos no les alcanzan para vivir y por la necesidad de trabajar en otros campos. La famosa carrera magisterial sólo sirvió para desviar la lucha laboral y sindical de los profesores y, al mismo tiempo, para privilegiar y hacer más individualista al sector más ambicioso del magisterio. Si los profesores no adquieren la conciencia del importante papel que juega la educación, si su actualización de conocimientos no se hace real y si sus ingresos salariales no son suficientes para dedicarse exclusivamente a la educación, la profesionalización del magisterio no dejará de ser un discurso mentiroso.
6. Quizá el comentario más importante de Calderón es haber reconocido que “en este momento 4 de cada 10 jóvenes en edad de ir al bachillerato no lo hacen, y 40 de cada 100 que ingresan a la escuela abandonan sus estudios. Según fuente de INEGI (citada por Observatorio Ciudadano de la Educación (OCE) “entre los jóvenes de 15 a 19 años 2.2 por ciento no tiene instrucción alguna; casi dos terceras partes apenas alcanza la escolaridad básica y sólo la cuarta parte estudia o terminó la educación media, de este último grupo 14 por ciento es alumno de una carrera técnico profesional y el resto cursa bachillerato. Sólo 2.5 por ciento de este grupo de edad está incorporado a educación superior. Muy pocos se dedican solo a estudiar, la mayoría debe trabajar. El dato que da Calderón es muy conservador porque él parte de los inscritos formalmente y olvida a propósito los reprobados y desertores que dejan la escuela para siempre.
2. De los cuatro ejes de la “reforma integral del bachillerato” que pretende imponer el gobierno panista derechista, el único que la SEP ha impulsado desde 1972 en la época del PRI (mediante la creación y la enorme proliferación de escuelas técnicas) es el de “preparar a los jóvenes para responder al sistema productivo”. Los programas de creación de escuelas para el “trabajo industrial”, para “conservación de alimentos”, de “técnicos en turismo”, el inglés y la computación, así como ingenieros especialistas en jabones y detergentes, vienen de los años sesenta. Sin embargo, no por egresar de escuelas y universidades tecnológicas más técnicos y profesionistas todos están empleados. Nada de eso, el desempleo crece enormemente porque los empresarios no reinvierten para crear fuentes de trabajo y el gobierno mexicano, que tuvo hasta los años ochenta aproximadamente mil, 500 empresas, las vendió dejando de ser empleador.
3. Cuando Calderón habla de combatir las escuelas de baja calidad, las “escuelas patito”, parece estar “pateando el pesebre”, olvida que son los panistas (los sectores derechistas enemigos de la educación pública) los que han apoyado ampliamente la creación y proliferación de las escuelas privadas y confesionales, como una forma de negocio. ¿Qué son por ejemplo la llamada “Escuela libre de derecho”, la Septiem García de Periodismo, etcétera, que otorgaron cientos de títulos a los panistas que están en el poder, sino las “universidades” de los enemigos del “comunismo educativo”? ¿Acaso no recuerda Calderón que esas escuelas privadas y católicas son el voto cautivo de los panistas? Originalmente la escuela privada sólo fue autorizada para cubrir la falta de escuela pública; pero en los últimos 25 años, contó con tanto apoyo gubernamental, que pasó de representar sólo un 10 por ciento a casi un 35 por ciento. La escuela pública con escasez de presupuesto sólo atiende hoy a un 65 por ciento del alumnado.
4. La educación abierta por televisión y con asesorías, existe en México desde los años setenta. La educación a distancia se extendió por la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) desde 1979. Así que no es nueva la propuesta calderonista. Sin embargo, lo que puede verse con nitidez es que a pesar del centenar de consejeros especialistas de la SEP, no salen las ideas ni las propuestas de lo que se busca en educación. Quizá no hay que poner en duda la capacidad de los especialistas; lo seguro es que no hay posibilidades para aplicar proyectos educativos acordes a la derecha que gobierna. Poner los programas educativos al servicio del sector productivo no es fácil, sobre todo si se tiene en cuenta que ese sector no crece, que las fuentes de empleo son cada vez menos, que los salarios que se pagan son miserables y que los jóvenes comienzan a rebelarse porque se pretende convertirlos en trabajadores explotados como lo han sido sus padres.
5. Cuándo Calderón propone la profesionalización de los docentes pareciera repetir los discursos demagógicos sexenales de siempre que se topan con la “falta de presupuesto” y la incapacidad para elevar el nivel cultural y pedagógico del magisterio. Hay decenas de miles de profesores que han abandonado totalmente (o en parte) su profesión, porque sus ingresos no les alcanzan para vivir y por la necesidad de trabajar en otros campos. La famosa carrera magisterial sólo sirvió para desviar la lucha laboral y sindical de los profesores y, al mismo tiempo, para privilegiar y hacer más individualista al sector más ambicioso del magisterio. Si los profesores no adquieren la conciencia del importante papel que juega la educación, si su actualización de conocimientos no se hace real y si sus ingresos salariales no son suficientes para dedicarse exclusivamente a la educación, la profesionalización del magisterio no dejará de ser un discurso mentiroso.
6. Quizá el comentario más importante de Calderón es haber reconocido que “en este momento 4 de cada 10 jóvenes en edad de ir al bachillerato no lo hacen, y 40 de cada 100 que ingresan a la escuela abandonan sus estudios. Según fuente de INEGI (citada por Observatorio Ciudadano de la Educación (OCE) “entre los jóvenes de 15 a 19 años 2.2 por ciento no tiene instrucción alguna; casi dos terceras partes apenas alcanza la escolaridad básica y sólo la cuarta parte estudia o terminó la educación media, de este último grupo 14 por ciento es alumno de una carrera técnico profesional y el resto cursa bachillerato. Sólo 2.5 por ciento de este grupo de edad está incorporado a educación superior. Muy pocos se dedican solo a estudiar, la mayoría debe trabajar. El dato que da Calderón es muy conservador porque él parte de los inscritos formalmente y olvida a propósito los reprobados y desertores que dejan la escuela para siempre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario