1. Conocimos a un personaje en México que comenzó a ser líder sindical por los años 1926/27 y sólo dejó de serlo hasta que falleció por vejez en 1997. Su nombre fue Fidel Velázquez y durante 70 años fue líder vendido a los diferentes gobiernos priístas en turno. Comenzó su dirigencia desde cargos bajos del sindicalismo en la CROC (que estuvo al servicio del presidente Calles, luego brinco a la dirigencia de trabajadores del DF, para luego fundar en 1936 (junto a Lombardo Toledano) la histórica Confederación de Trabajadores de México (CTM) A partir de 1941, con la renuncia de Lombardo y el fin del Cardenismo, Velázquez se convirtió en el “líder obrero” más importante del país. Fue tan poderoso este señor que era uno de los cinco individuos que participaban en la selección del candidato y seguro presidente de la República. A los obreros les valía un “pito” quien los guiara, pero la izquierda siempre soñó con que caería del poder.
2. Recuerdo las grandes manifestaciones de las décadas de los sesenta y setenta en la ciudad de México. En ellas gritábamos: “Fidel Velázquez, Fidel Velázquez, en esta lucha ya te chingaste”. Nunca pudimos chingarlo; él fue quien se burló de nosotros. Incluso decía Velázquez: “creen que moriré pronto; no saben que soy longevo, que mis herman@s, con más de cien años, siguen con vida”. Este líder corrupto gobiernista murió de vejez, si no quizá seguiría siendo dirigente de los entonces tres millones de obreros de la organización laboral más importante de México: la CTM. Pero no solo era Velázquez, hubo varias decenas de líderes que gobernaron junto a él y políticos priístas que duraron en el poder brincando de un cargo a otro durante 40 años. Velázquez era el personaje más criticado por la izquierda y la derecha por su largo liderazgo y su traición a los obreros. ¿Cuántas décadas llevan ya muchos panistas y perredistas ocupando cargos?
3. El caso es que, con cerca de 50 años de tener conciencia de esa realidad y participar en cientos de luchas, no puedo olvidar que desde las grandes huelgas ferrocarrileras de los años 1958/59 y los valiosos movimientos guerrilleros que se desataron en por los menos seis países de América Latina después del triunfo de la Revolución cubana, viví esperanzado (hasta 1977) en que la población mayoritaria obtendrá conciencia de que es explotada, miserable y oprimida, y al fin se levantará para aplastar a sus enemigos burgueses. Después pude darme cuenta de que los avances y retrocesos eran cíclicos, a pesar de que la mayoría de mis compañeros izquierdistas siempre pensaban y gritaban que la burguesía estaba a punto de caer y que pronto el pueblo trabajador la sacaría a patadas en el trasero y asumiría el poder. Al ver la situación actual pienso que tuvimos razón en los setenta en nuestras publicaciones: Acción Proletaria y Autogestión, al criticar el voluntarismo de la izquierda y la confusión de sus deseos con la realidad.
4. Da la impresión que la izquierda nunca ha querido reconocer que la maldita burguesía sigue siendo poderosa y que no dejará el gobierno jugando a “guerritas de lodo” y declaraciones. Suele pensar la izquierda que a los gobiernos panistas y priístas sólo hay que darles un empujoncito para que caigan, así como pensaron que el líder Velázquez caería antes de que muera por vejez. Por eso la burguesía siempre ha comprado o mediatizado a los líderes que se cansan, se ha burlado de los pequeños y aislados movimientos voluntaristas o, con el brazo en la cintura, ha reprimido cuando las protestas salen un poco de su control. La frase conformista que he escuchado de mis compañeros durante décadas es: “no hay que desanimarse hoy somos más que antes”, es decir, ya no somos tres ahora somos cinco. Antes editábamos mil periódicos en el más burdo mimeógrafo hoy imprimimos mil 500, pero en la imprenta. “Hemos avanzado”.
NOTA COMPLETA AQUÍ
2. Recuerdo las grandes manifestaciones de las décadas de los sesenta y setenta en la ciudad de México. En ellas gritábamos: “Fidel Velázquez, Fidel Velázquez, en esta lucha ya te chingaste”. Nunca pudimos chingarlo; él fue quien se burló de nosotros. Incluso decía Velázquez: “creen que moriré pronto; no saben que soy longevo, que mis herman@s, con más de cien años, siguen con vida”. Este líder corrupto gobiernista murió de vejez, si no quizá seguiría siendo dirigente de los entonces tres millones de obreros de la organización laboral más importante de México: la CTM. Pero no solo era Velázquez, hubo varias decenas de líderes que gobernaron junto a él y políticos priístas que duraron en el poder brincando de un cargo a otro durante 40 años. Velázquez era el personaje más criticado por la izquierda y la derecha por su largo liderazgo y su traición a los obreros. ¿Cuántas décadas llevan ya muchos panistas y perredistas ocupando cargos?
3. El caso es que, con cerca de 50 años de tener conciencia de esa realidad y participar en cientos de luchas, no puedo olvidar que desde las grandes huelgas ferrocarrileras de los años 1958/59 y los valiosos movimientos guerrilleros que se desataron en por los menos seis países de América Latina después del triunfo de la Revolución cubana, viví esperanzado (hasta 1977) en que la población mayoritaria obtendrá conciencia de que es explotada, miserable y oprimida, y al fin se levantará para aplastar a sus enemigos burgueses. Después pude darme cuenta de que los avances y retrocesos eran cíclicos, a pesar de que la mayoría de mis compañeros izquierdistas siempre pensaban y gritaban que la burguesía estaba a punto de caer y que pronto el pueblo trabajador la sacaría a patadas en el trasero y asumiría el poder. Al ver la situación actual pienso que tuvimos razón en los setenta en nuestras publicaciones: Acción Proletaria y Autogestión, al criticar el voluntarismo de la izquierda y la confusión de sus deseos con la realidad.
4. Da la impresión que la izquierda nunca ha querido reconocer que la maldita burguesía sigue siendo poderosa y que no dejará el gobierno jugando a “guerritas de lodo” y declaraciones. Suele pensar la izquierda que a los gobiernos panistas y priístas sólo hay que darles un empujoncito para que caigan, así como pensaron que el líder Velázquez caería antes de que muera por vejez. Por eso la burguesía siempre ha comprado o mediatizado a los líderes que se cansan, se ha burlado de los pequeños y aislados movimientos voluntaristas o, con el brazo en la cintura, ha reprimido cuando las protestas salen un poco de su control. La frase conformista que he escuchado de mis compañeros durante décadas es: “no hay que desanimarse hoy somos más que antes”, es decir, ya no somos tres ahora somos cinco. Antes editábamos mil periódicos en el más burdo mimeógrafo hoy imprimimos mil 500, pero en la imprenta. “Hemos avanzado”.
NOTA COMPLETA AQUÍ
No hay comentarios.:
Publicar un comentario