México SA
Venta de Banamex: goliza al erario y oro puro para banqueros
La Contaduría Mayor de Hacienda da cuenta de las irregularidades en la transacción
La venta de Banamex a Citigroup, anunciada en mayo de 2001 y velozmente formalizada tan sólo dos meses después, fue calificada por propios y extraños como "el negocio del siglo". ¡Y desde luego que lo fue!
En tiempos de la crisis bancaria y sus secuelas, el erario, vía Fobaproa, "apoyó", "rescató" y "saneó" a Banamex con cerca de 85 mil millones de pesos (alrededor de 11 mil millones de dólares de acuerdo con el tipo de cambio promedio del periodo involucrado); acumuló 15 mil 164 millones de pesos en impuestos diferidos (causados, pero no enterados, que según dicho promedio se acercaría a 2 mil millones de dólares) con el aval de la Secretaría de Hacienda (por ella transitaron Guillermo Ortiz, José Angel Gurría y Francisco Gil, y a estas alturas aún debe 6 mil millones); sus accionistas y amigos pasaron a los mexicanos una factura superior a 4 mil millones de pesos (poco más de 500 millones de dólares) por créditos relacionados que terminaron en la panza del Fobaproa; y como cereza del pastel lo vendieron a Citigroup en 12 mil 500 millones de dólares y "evitaron" alrededor de 3 mil 500 millones de dólares en impuestos. Todo en siete años.
Goliza para el erario, quien inyectó y/o dejó de percibir alrededor de 14 mil millones de dólares ("rescate", factura de los amigos e impuestos "perdidos" y diferidos), para que los muchachos de la casa de bolsa Acciones y Valores que se quedaron con Banamex obtuvieran 12 mil 500 millones de billetes verdes libres de polvo y paja, cuando ellos mismos pagaron (se supone) poco más de 3 mil millones de dólares por la adquisición, el 26 de agosto de 1991, del entonces Banco Nacional de México.
Cuatrocientos por ciento de utilidad neta y quebrantos por 14 mil millones de dólares para el erario en tan sólo siete años, pagaderos estos últimos por todos los mexicanos. ¡Cómo no calificarlo "el negocio del siglo"! Ello, sin considerar que en cinco años (2001-2006) Citigroup, el nuevo propietario de Banamex, ha obtenido cerca de 4 mil millones de dólares de utilidad neta, es decir, el 32 por ciento de la operación de compra-venta (efectivo y acciones) o el 64 por ciento del cash involucrado en la transacción. Oro puro.
Los dos principales beneficiarios fueron Roberto Hernández (15.3 por ciento de las acciones de Banamex) y Alfredo Harp (13.5 por ciento). El primero incrementó sus haberes, libres de impuestos, en mil 912.5 millones de dólares (mitad en efectivo, mitad en acciones de Citigroup); el segundo en mil 687.5 millones de dólares (igual proporción). José Aguilera Medrano poseía el 6 por ciento (750 millones de dólares). Lorenzo Zambrano (Cemex) se adelantó, y pocos días después del anuncio público de la venta de Banamex a Citigroup (mayo de 2001) vendió su parte (1.3 por ciento de las acciones). Otros participantes en "el negocio del siglo" fueron mencionados en el México SA de ayer.
Mientras, en la acera de enfrente los mexicanos no dejan de pagar por el "apoyo", "rescate" y "saneamiento" de Banamex (ni de los demás bancos) y les guste o no lo seguirán haciendo de aquí al 2030, si van bien las cosas. Y del festín ni siquiera un peso por impuestos, a pesar de que la privatización salinista prometía que "el servicio de banca y crédito será instrumento para la creación de riqueza en beneficio de la población". También ofrecía que "la banca mexicana será controlada por los mexicanos".
No sólo eso, porque, humor negro aparte, en diciembre de 1996 La Jornada publicó un informe de la Contaduría Mayor de Hacienda de la Cámara de Diputados sobre el proceso de privatización de los 18 bancos privatizados en el salinato. Sobre la venta de Banamex, subraya algunas irregularidades:
En la convocatoria para su venta se indicó que se subastaban las acciones de la serie A, que representaban el 31 por ciento del capital social pagado de Banamex Sociedad Nacional de Crédito; al conjunto de esas acciones se le designó "primer paquete". La publicación de la convocatoria (3 de julio de 1991) fue anterior a la transformación de los certificados de aportación patrimonial en acciones, lo cual aconteció el 17 de agosto de 1991, fecha en que surtió efectos el decreto de transformación.
Entre la modificación a la convocatoria y la fecha fijada originalmente para la presentación de posturas, no existieron los 15 días de anticipación a que obligaba el punto 7 de las bases generales y el punto 3.2 de la propia convocatoria.
El decreto por el que se transforma Banco Nacional de México de Sociedad Nacional de Crédito en Sociedad Anónima se expidió con un desfase de 32 días respecto del plazo que establecía el artículo séptimo transitorio de la Ley de Instituciones de Crédito.
La convocatoria para la subasta de los títulos representativos del capital social propiedad del gobierno federal de Banamex fue publicada con 42 días de anticipación a la transformación de la institución de Sociedad Nacional de Crédito en Sociedad Anónima y, por tanto, de los certificados de aportación patrimonial en acciones. Como se puede apreciar, el objeto materia de la convocatoria estaba condicionado a un hecho futuro.
El finiquito celebrado entre el Comité de Desincorporación Bancaria y el comprador Grupo Financiero Banamex-Accival, en el que se acordó un ajuste en el precio de venta, como resultado de la auditoría de compra, se formalizó antes de que la Comisión Intersecretarial de Gasto Financiamiento (CIGF) emitiera el acuerdo correspondiente a tal devolución. El gobierno reembolsó a los compradores 283 mil millones de viejos pesos.
El convenio de finiquito se celebró el 15 de mayo de 1992, antes del acuerdo de la CIGF (8 de junio de 1992).
¡Qué bonitos negocios se concretan en México!
Las rebanadas del pastel
De sí mismo, Roberto Hernández presume: "tengo una gran vocación en cuanto al compromiso social"... Se nota... Un fuerte abrazo para Marianita, en su quinto aniversario.
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