Jaime Martinez Veloz escribe en la Jornada:
Sufragio efectivo, no Calderón.
Vicente Fox ha echado a andar el intento de su relección a través de una escandalosa y ridícula campaña propagandística y política para hacer triunfar al candidato oficial de la rupestre derecha: Felipe Calderón, usufructuario de la cultura del privilegio y heredero de tradiciones y prácticas del conservadurismo mexicano.
En esta campaña del panismo, asumida como auténtica declaración de guerra contra los peligrosos sectores desposeídos del país, la oligarquía yunquera no repara en recursos, estrategias ni aliados. En una sociedad inequitativa cimentada en injustas estructuras de poder heredadas del colonialismo racista europeo, los sectores pudientes apelan a la solidaridad de clases para enfrentar lo que definen "el auténtico peligro para México".
Uno de los principales promotores de la campaña de odio contra la izquierda es Fox, comprometido con el orgullo de su nepotismo (la vicepresidenta Marta Sahagún y sus perniciosos hijastros), para garantizarles la impunidad transexenal luego del escandaloso tráfico de influencias y extorsiones cometidas al amparo del poder presidencial. Fox sabe que sólo Calderón les garantiza el olvido de todas las fechorías perpetradas al cobijo de la administración panista. Mediante un auténtico pacto, él garantizaría impunidad y Fox malgastaría los recursos públicos a favor de su campaña.
El papel de Fox ha sido impulsar de manera escandalosa la campaña del candidato oficial, Felipe Calderón, cuyas manos han intervenido en hechos como el ocultamiento del fraude del siglo, al cual se prestaron gustosos los panistas a colaborar para encubrir la gran estafa, cuya carga financiera habrán de pagar los mexicanos durante varias generaciones.
Impunidad y continuismo es la garantía panista con su candidato. ¡Esto sí es peligroso para México! Impunidad ante el fraude de antes y los nuevos usos del tráfico de influencias. Continuismo en un proyecto económico que ha hundido más a los mexicanos en la pobreza.
Con la complicidad, o por lo menos la ceguera negligente de la autoridad electoral, que incumple con velar por la imparcialidad, el panismo opera desde la estructura de gobierno para ampliar su campaña difamatoria empleando recursos públicos para denostar la figura del candidato de izquierda a la Presidencia.
A tal grado ha llegado la venalidad panista, que incluso el PRI ha advertido de los riesgos que representa la descarada intervención presidencial de apoyo al figurón panista de las delicadas manos dizque limpias.
Vicente Fox está contaminando de modo riesgoso el proceso político electoral. Apenas había declarado que asumiría la cuarentena, y dos días después, en Estados Unidos, rompió su promesa de quedarse callado, violando los acuerdos electorales. Los mexicanos deberemos estar atentos al 3 de julio, no para caer en provocaciones, sino para demostrar madurez política.
El panismo ha cooptado personajes cuya actuación pasada se destacó por promover contrarreformas políticas y económicas para garantizar la injusta estructura de poder oligárquico, como el impulsor de la contrarreforma neoliberal en el campo, Luis Téllez Kuenzler -artífice de la ofensiva contra el artículo 27 constitucional y uno de los principales responsables del empobrecimiento del campo y la migración de millones de mexicanos al país vecino-, Genaro Borrego Estrada, cuya afinidad ideológica con el panismo hoy le permite flanquear a Calderón; Andrés Rozental, hermano del pro estadunidense Jorge Castañeda, cuyas coincidencias ideológicas, además de las de sangre, radican en su comunión con las tesis hacia el patrón: Estados Unidos. Esos son la cúpula que desde el gobierno sometió a los priístas para avalar la implementación del modelo neoliberal.
Este hermanamiento de afinidades conceptuales entre derechistas de anteriores regímenes priístas con el PAN se expresa ahora en el apoyo a un proyecto retrógrada expuesto por el candidato oficial Felipe Calderón, en cuya tonalidad grisácea debemos encontrar las virtudes que lo hacen enarbolar las tesis de unos cuantos que tienen temor de perder los injustos privilegios que mantienen postrado a este país.
Es la hora de reagrupar fuerzas y consolidar un movimiento nacional por la esperanza y la reconciliación nacional. Todo lo que divide está al servicio del enemigo. En esta lucha no hay cabida para la mezquindad y el regateo; quien así lo considere enfrentará el juicio, no de las encuestas, sino de la historia. Así que todos a chambear, cada quien desde su trinchera, con ahínco, convicción, decisión e inteligencia.
Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.
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viernes, mayo 26, 2006
HABLANDO DE REELECCIONES.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 6:11 p.m.
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