Presenta Gobierno Legítimo una propuesta para transformar a Pemex, sin
privatizarlo
Discurso de la secretaria del Patrimonio Nacional, Claudia Sheinbaum
Pardo, durante el foro de debate sobre la reforma energética, con el tema
Principios que deben regir la reforma energética, realizado en el Senado
Claudia Sheinbaum Pardo: Propuesta alternativa para fortalecer y
desarrollar el sector energético sin privatización.
Quiero comenzar mi intervención agradeciendo a los legisladores del Frente
Amplio Progresista y a las mujeres y hombres brigadistas en defensa del
petróleo por haber abierto este debate.
El martes pasado, en este foro, el licenciado Ortiz Pinchetti, como
secretario del Gobierno Legítimo, informó que presentaríamos una propuesta
alternativa de fortalecimiento del sector energético. El día de hoy, en el
mismo carácter, vengo a presentarla.
Las iniciativas de reforma y creación de nuevas leyes y entidades
presentada por Felipe Calderón, presidente espurio, incluida la presentada
el día de ayer, tiene como propósito central privatizar áreas estratégicas
de la industria petrolera nacional, violando la Constitución.
Este plan entreguista obedece a los lineamientos de los organismos
financieros internacionales que han obligado a países en desarrollo a
aplicar una política de reformas donde se privilegia la ganancia privada
sobre el desarrollo independiente y el bienestar de la mayoría del pueblo.
Aún así, la privatización que se propone va en sentido contrario a lo que
está ocurriendo en el mundo en materia de empresas petroleras, donde la
orientación es cada vez más hacia el control estatal y mayor integración
vertical. No sólo es el caso de América Latina, sino de Rusia, Europa y
Medio Oriente.
No sólo eso, en la concepción del gobierno de facto, sustentada en la
iniciativa presentada en el Senado y las prospectivas del sector
energético, las metas para la industria petrolera nacional siguen siendo
la sobreexplotación del recurso, la importación de los hidrocarburos y el
desmantelamiento de la empresa pública.
Contrario a esta visión, nuestra propuesta corresponde a una política
energética integral soberana que visualiza al sector energético nacional
como motor de la economía, fortalece a PEMEX, promueve la seguridad en el
suministro de energéticos, disminuye las importaciones, aumenta las
reservas, promueve el uso racional de los hidrocarburos y las fuentes
renovables de energía, disminuye los precios de los energéticos y la
electricidad y busca cubrir las necesidades energéticas básicas para la
población.
La propuesta que a continuación presento, que viene trabajándose desde
hace tiempo, consta de cinco líneas estratégicas para el fortalecimiento
del sector energético, principalmente el de los hidrocarburos, no se
requieren grandes reformas jurídicas para llevarla a cabo, más bien es un
asunto de voluntad política y visión de soberanía.
Uno, PEMEX como motor de la economía nacional.
Convertir a PEMEX en motor de la economía nacional significa que éste
aproveche las oportunidades de cada uno de los procesos, desde la
exploración hasta la comercialización de los productos.
Si PEMEX garantiza un abastecimiento adecuado de productos con certidumbre
de volúmenes y precios competitivos, no sólo se fortalece a la entidad
pública sino se genera un impulso a la actividad industria nacional.
Esto es así por la gran ventaja competitiva que es de disponer de granares
reservas, contar con una empresa integrada con una experiencia de 70 años
de operación y por la derrama económica que las nuevas inversiones
generarían.
La aseveración oficial de que PEMEX no tiene capacidad técnica para
mantenerse eficientemente en la industria contradice estos 70 años de
experiencia. Que hoy PEMEX tenga problemas operativos, financieros y de
eficiencia que no le permiten aprovechar estas oportunidades es un
problema muy diferente que corresponde a una política deliberada de
desmantelamiento y descapitalización que lleva al menos dos décadas.
El reto es revertir la desintegración de la cadena de valor, misma que nos
obliga a importar el 40 por ciento de gasolinas, el nueve por ciento del
diesel , el 15 por ciento del gas LP y 15 por ciento del gas natural, que
representan una erogación de más de 20 mil millones de dólares anuales.
Al argumento oficial que se sostuvo durante años, incluidos el gobierno
panista, de que estas importaciones no tienen mayor importancia mientras
las podamos comprar fuera, nosotros respondemos que los petrolíferos deben
elaborarse en México con inversión y operación de PEMEX porque representan
valor agregado, empleo, ingeniería y desarrollo tecnológico, así como
certidumbre en la disponibilidad de los productos.
Al argumento de que estas instalaciones deben ser privadas nosotros
respondemos que los ingresos de los empresarios privados para construir,
operar la refinación, transporte y almacenamiento, vendrían de la misma
fuente que para PEMEX: es decir, la venta de hidrocarburos en el mercado
nacional.
Sin embargo, la ventaja económica de que estas instalaciones las construya
y opere PEMEX es que ésta cuenta con experiencia, materia prima, puede
manejar de manera integral todo el proceso de industrialización petrolera
y lo más importante, PEMEX utilizaría las ganancias para su
fortalecimiento y el beneficio del país en vez de que éstas se quedaran en
unas cuantas manos privadas.
Para lograr este objetivo proponemos:
A) Reintegrar a PEMEX como una sola entidad y no como está ahora, dividida
en subsidiarias y filiales.
Esto permitirá establecer una política de planeación integral, revertir el
sistema de precios interorganismos que ha dañado tanto la inversión y la
competitividad de la empresa, y evitar la duplicidad de gastos
administrativos y burocráticos.
También proponemos una mayor integración energética entre PEMEX, Comisión
Federal y Luz y Fuerza del Centro, a través, de entre otras acciones,
sustentar parte del crecimiento de la generación eléctrica en el uso de
los derivados pesados, utilizando nuevas tecnologías que disminuyen los
impactos ambientales.
Esto permitiría reducir el costo de la electricidad y las importaciones de
gas. El incremento en la generación eléctrica debe sustentarse también en
otros fuentes de energía, como las renovables.
La decisión de seguir usando gas natural es totalmente irracional y en
gran medida obedece a negocios de los más altos funcionarios del sector
energético que se evidencian en los contratos de compra de gas a Perú,
Nigeria, de bajo costo pero vendido a la Comisión Federal a precios mucho
más altos.
B) Generar un nuevo sistema de preciso dentro del sector energético.
Este sistema debe de estar sustentado en el costo de producción y la renta
petrolera nacional y no como actualmente se establece, con los precios de
los hidrocarburos en los Estados Unidos. Debemos construir los precios con
base en el costo de producción de crudo y gas natural, con el objetivo de
maximizar el valor y el uso de la infraestructura y los activos
existentes, además, esto permitirá reducir los precios de los
hidrocarburos y la electricidad a la población.
Bajo esta premisa, se harían altamente rentables de inmediato las
actividades de refinación y petroquímica de PEMEX, tanto las actuales como
las nuevas inversiones que apoyarán las diversas ramas industriales del
país.
Dos, canalizar el grueso de los excedentes presupuestales del petróleo
hacia PEMEX y que el Estado asuma la deuda de Pidiregas para liberar a
PEMEX de su carga fiscal.
Proponemos una nueva política de asignación de prioridades presupuestales
mediante la cual todo el excedente presupuestal petrolero que hoy no se
sabe a dónde va y que hoy no se reparte a los estados y municipios sea
invertido en el sector energético. Estimamos este potencial en 2008 es de
200 mil millones de pesos.
Al disponer de 150 mil millones de pesos anuales, el total de excedentes
menos las aportaciones a estados y municipios, que son adicionales a lo
que hoy se invierten en PEMEX, se podrían asignar cantidades específicas a
las diversas áreas, que de acuerdo con las necesidades pudiesen, en una
primera propuesta, quedar como sigue:
40 mil millones de pesos a exploración de petróleo crudo, 20 mil millones
de pesos a producción de crudo, 50 mil millones de pesos a inversión en
refinación, 10 mil millones a inversión en petroquímica, 20 mil millones
en mantenimiento e inversión de ductos y almacenamiento, y 10 mil millones
en investigación y desarrollo de hidrocarburos y nuevas fuentes de
energía.
Sólo para dar un ejemplo, la inversión anual en refinación para los
próximos seis años, para dejar de importar hidrocarburos debería de ser de
alrededor de 30 mil millones de pesos anuales.
150 mil millones, todos los excedentes que se destinarían a PEMEX
significarían la inversión en refinación para los próximos cinco años.
Reiteramos que lo anterior se suma a la inversión que hoy se está haciendo
en PEMEX y que se concentra fundamentalmente en producción en campos ya
existentes y desarrollados y en la exploración de gas en el norte.
La utilización de excedentes en actividades estratégicas permitiría
invertir en proyectos urgentes, sobre todo para mantener la producción de
crudo en campos existentes y recuperar reservas; este esfuerzo es factible
dirigirlo principalmente a las aguas someras y tierra, en donde tenemos,
cuando menos, y de acuerdo con PEMEX, 45 mil millones de barriles de
reservas probadas, probables y posibles.
Un esfuerzo sostenido en estos campos, así como la investigación y
desarrollo en nuevas áreas, a lo largo de varios años, nos daría,
eventualmente, la capacidad tecnológica y la capacidad de negociación en
la compra o renta de la tecnología que fuera necesarias para emprender en
su momento y cuando sea necesario la exploración y producción en mayores
profundidades.
Este volumen de inversión es factible por los altos precios del crudo,
entendiéndose que su desembolso debe hacerse en la medida de la capacidad
de ejecución de proyectos por parte de PEMEX y asegurando que estos fondos
excedentes se le destinen con independencia de las limitaciones
programables anuales.
Conviene señalar que la fórmula con la que actualmente se proyecta el
precio del petróleo en el Presupuesto de Egresos de la Federación permite
que se generen estos excedentes que para los próximos años deberán ser
destinados en la misma proporción a los estados y municipios y a PEMEX.
En caso de que el barril de petróleo registre una baja en el mercado
internacional, proponemos que se reduzca el gasto corriente suntuario como
las remuneraciones excesivas del gobierno federal en una proporción tal
que se compense con la caída de los ingresos petroleros.
Por otro lado, la deuda de Pidiregas de todo el sector energético a
diciembre de 2007 era de 62 mil millones de dólares, de los cuales cerca
de 50 mil corresponden a PEMEX y el resto a Comisión Federal.
Esta deuda, que resulta sumamente cara porque está financiada por los
contratistas privados, dadas las restricciones presupuestales que le
impone Hacienda a PEMEX está frecuentemente inflada pues incluyen costos
que los contratistas agregan simplemente para asegurarse que sus
operaciones son rentables, por ello este no puede seguir siendo el esquema
de financiamiento en las inversiones del sector energético.
Cabe mencionar también que parte de los recursos que PEMEX ha dado al
gobierno han servido para aumentar las reservas del Banco de México, que
ya están rondando los 85 mil millones de dólares. Estos recursos los
invierte el Banco en instrumentos que le dan tasas del cinco por ciento
anual, mientras en cambio los pidiregas tiene un costo de aproximadamente
el doble.
Sin embargo, para la deuda contraída previamente a través de Pidiregas
ésta debe ser absorbida por el Estado, afirmamos que la deuda contratada
por PEMEX es, ante todo, una deuda del país y del Estado y éste debe sumir
esas obligaciones.
Primero, para liberar a PEMEX de los fuertes vencimientos de Pidiregas en
los próximos años y, segundo, para reducir el costo efectivo de sus
servicio.
Esta propuesta liberaría a PEMEX de una pesada carga financiera con
ahorros potenciales de dos mil 500 millones de dólares en intereses y
también daría una señal inequívoca a los mercados financieros
internacionales de que en materia petrolera la nación es garante de PEMEX
y se mantiene como empresa de la nación y que estamos comenzando a poner
la casa en orden en materia de deuda.
Tres, fortalecimiento de las áreas estratégicas de PEMEX.
La contratación de empresas transnacionales para la ingeniería y ejecución
de proyectos que viene realizando PEMEX junto con los Contratos de
Servicios Múltiples, actividades que las iniciativas oficiales pretenden
ampliar, incluida la que se presentó ayer, han ido disminuyendo las
capacidades operativas y tecnológicas de PEMEX, vulnerando la verdadera
autonomía y la gestión de PEMEX y por ello, deben establecerse acciones
de fortalecimiento de las capacidades sustantivas de la empresa, basadas
en el desarrollo de la ingeniería nacional.
Además, las propuestas de Calderón no atiende los problemas operativos de
PEMEX que impiden una mayor productividad en la entidad.
Por ejemplo, al sólo interesarles hacer negocios para beneficio de grandes
empresas y algunos funcionarios públicos prefieren comprar el gas a
precios muy elevados que resolver problemas de operación para evitar que
700 millones de pies cúbicos de gas natural se quemen diariamente en la
sonda de Campeche, los cuales equivalen al 30 por ciento de lo que se
utiliza actualmente para la generación eléctrica.
Por eso, nuestra propuesta consiste en fortalecer las áreas sustantivas de
PEMEX y la ingeniería nacional, dotándolas de recursos y enfrentando la
negligencia.
De manera específica proponemos lo siguiente:
Resolver el problema de la contaminación del gas y crudo con nitrógeno que
ha originado el cierre de 80 pozos, o al menos 80 pozos, los cuales en
promedio, de acuerdo con los propios ingenieros de PEMEX, arrojarían en
conjunto una producción de 500 mil barriles de petróleo crudo diarios.
Cabe mencionar que el cierre de dichos pozos y la quema de gas en la
atmósfera es producto de la negligencia en la construcción de una planta
de separación entre gas y nitrógeno que debería haber estado en operación
desde 2002.
Repito, el cierre de 80 pozos que nos darían una producción de 500 mil
barriles diarios y la quema de 700 millones de pies cúbicos en la
atmósfera son producto de la negligencia en la construcción de una planta
de separación entre el gas y el nitrógeno que debería haber estado en
operación desde 1992.
Asimismo, intensificar la actividad exploratoria en la totalidad del
territorio nacional, sólo hemos explorado el 20 por ciento, que permitiría
incrementar el ritmo de reposición de reservas de bajo costo, en
particular intensificación y desarrollo de las actividades exploratorias
en aguas someras donde PEMEX es líder mundial en tecnología de producción
en las áreas de Coatzacoalcos Marino, Campeche poniente y región marina
suroeste, así como en las áreas de crudo de Ku-Mallob-Zaap y Sihil, donde
se encuentra la mayor parte de estas reservas.
La reactivación de la explotación de campos maduros, hay que decir que
cerca del 48 por ciento de la producción mundial proviene de dichos
campos, a través del desarrollo de tecnología de recuperación mejorada
donde tenemos actualmente más de mil pozos con posibilidades de aportar
importantes volúmenes de hidrocarburos.
Intensificar la exploración, desarrollo y producción en la Cuenca de
Burgos pero no bajo el esquema de Contratos de Servicios Múltiples, así
como las posibilidades en Veracruz, en Block Holok poniente del proyecto
del Golfo de México B.
Aumentar la capacidad de refinación en Salina Cruz y Minatitlán y
construir tres nuevas refinerías que tentativamente podrían estar una en
Tuxpan para aprovechar la construcción de puertos por donde entra la
gasolina importada, Atasta, Campeche y Dos Bocas, Tabasco, para aprovechar
el crudo que se produce en estas zonas.
Cuatro, fortalecer la investigación y el desarrollo tecnológico en la
producción y uso de la energía, con la vinculación entre PEMEX, el
Instituto Mexicano del Petróleo y otras entidades públicas, planeación,
inversión y desarrollo para la transición energética.
El Instituto Mexicano del Petróleo debe volver a jugar un papel importante
en la investigación y desarrollo de tecnología, como institución rectora
en la investigación y desarrollo en hidrocarburos, generando concordancias
con otras instituciones.
Entre el IMP y PEMEX debe haber una gran constante sinergia. El IMP es
formador de técnicos y científicos que a la larga van a dar a PEMEX un
horizonte nuevo de posibilidades tecnológicas.
También debe establecerse programas permanentes de investigación y
desarrollo con la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, el Instituto de
Investigaciones Eléctricas y otras instituciones públicas de educación
superior e investigación, así como en el desarrollo de fuentes rentables
de energía, el ahorro y el uso eficiente de la energía y al disminución de
impactos ambientales.
El IMP y las instituciones públicas de educación e investigación deben
salir fortalecidazas de una reforma energética, nuestra propuesta se
sustenta en utilizar y potenciar la ingeniería y la ciencia mexicana. La
propuesta oficial es que esta investigación se haga en el extranjero por
empresas privadas.
Asimismo, el país debe consolidar su sector petrolero pero también debe ir
desarrollando paralelamente fuentes alternas de energía que disminuyan la
dependencia del consumo de los hidrocarburos, minimicen los impactos
ambiéntales y promuevan un uso eficiente y racional de los recursos.
En esta perspectiva deben canalizarse recursos para la investigación y
desarrollo tecnológico de estas fuentes, pero también debe reorientarse la
planeación energética para ir incorporándolas. Esto generará un uso
racional del petróleo que incluso permitirá una vida más larga de las
reservas.
Cinco, garantizar el funcionamiento de un Comité Anticorrupción en el
Consejo de Administración de PEMEX.
Todos los mexicanos sabemos que uno de los principales problemas de PEMEX
es la corrupción, tan sólo baste mencionar los casos del Pemexgate, Juan
Camilo Mouriño, Repsol y los Bribiesca.
De nada sirve, como lo hace la propuesta oficial, copiar modelos de
rendición de cuentas y de gobierno empresarial de la legislación
extranjera que nada tienen que ver con la realidad de la entidad pública
mexicana y al mismo tiempo crear un régimen de excepción para entregar
contratos por asignación directa a sus empresas favoritas.
Por ello, proponemos que además de los actuales mecanismos de auditoría de
PEMEX, como su propia contraloría y la Auditoría Superior de la
Federación, como parte del Consejo de Administración de PEMEX se forme un
Comité Anticorrución con la tarea primordial de vigilar los contratos
públicos, el conflicto de intereses y el tráfico de influencias.
Este comité debe formarse con ciudadanos mexicanos con los antecedentes
profesionales y éticos suficientes que les den plena independencia de
criterio de PEMEX y del Ejecutivo. Su nombramiento debe recaer en el
Congreso, de forma condensada, y formalizarse a través de un riguroso
proceso de selección.
Legisladores, amigas y amigos, señoras y señores, la propuesta integral
que hoy presentamos representa una visión radicalmente distinta a la
visión oficial, a la visión que presentaron las iniciativas del señor
Calderón, la nuestra está sustentada en una visión nacional, de
crecimiento económico, fortalecimiento de las instituciones públicas y
soberanía nacional, una política de planeación y desarrollo energético
soberanos, son posibles.
Tenemos los recursos económicos, tenemos las capacidades humanas, sólo
resta la voluntad política.
Muchas gracias.
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