Debate sin Limitaciones
Por Eduardo Ibarra Aguirre
Con la propuesta de Manlio Fabio Beltrones Rivera de 50 días ininterrumpidos para debatir la reforma petrolera, organizado por las comisiones de Energía y la de Puntos Constitucionales de la Cámara de Senadores, la primera presidida por el beneficiario del Pemexgate , Francisco Labastida Ochoa , y el alineamiento inmediato y a regañadientes de Santiago Creel Miranda a la fórmula del sonorense, se definen las posiciones políticas.
Los tiempos son vitales en política. Y llega tarde la propuesta que se presenta en reacción a la toma de los salones de plenos de las cámaras de Diputados y de Senadores por legisladores del Frente Amplio Progresista, el intenso activismo del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo por todo el país y la muy concurrida concentración del Zócalo capitalino.
La tardanza es producto de las indefiniciones presidenciales y la incapacidad de Beltrones y Creel para negociar.
Más aún: El primero persiste en el juego de desempeñar una suerte de vicepresidencia que vende caro sus servicios, no de ahora sino desde que era secretario particular de Fernando Gutiérrez Barrios ; amén de que pareciera que el hombrecito del desafuero no tiene las autorización de Los Pinos para pagar las facturas necesarias.
Como malabarista, el líder de la fracción priísta en Xicoténcatl jugó el jueves 10 a que las cinco iniciativas del titular del Ejecutivo podrían ser aprobadas en las siguientes tres semanas o en un periodo extraordinario. El sábado 12, la elite del Revolucionario Institucional le enmendó sus aparentes titubeos y condicionó el debate a “disponer del tiempo suficiente”. Amén de que Humberto Moreira Valdés , gobernador de Coahuila, exigió revisar el paquete legislativo “no con prisas ni madruguetazos ” y el gobernador de Sinaloa Jesús Aguilar Padilla se negó a condenar a los ocupantes de los salones de sesiones camarales.
En el partido del gobierno las cosas no están mejor. Las contradicciones se colocan a la orden del día, aunque para el duopolio televisivo y el oligopolio radiofónico, para sus lee noticias y analistas con línea, sólo existen en la tragicómica cúpula del Partido de la Revolución Democrática.
Germán Martínez Cázares , el administrador de Acción Nacional por decisión presidencial, exige airadamente un descuento a los “secuestradores”. Seguramente a Felipe González González se le pagará extra por las mentadas de madre con que recibió a “los violentos” del FAP en el salón de plenos del Senado. A José César Nava Vázquez sólo se le ocurrió declarar “superado” el caso de Juan Camilo Mouriño Terrazo .
¿Y el debate? Lo dejan en manos de Georgina Kessel Martínez . E involuntariamente exhibió en la capital potosina: “No tenemos mucho tiempo para seguir discutiendo este tema; cada momento que pasa estamos perdiendo producción y estamos perdiendo ingresos”.
La secretaria de Energía resume con brillantez el desconocimiento que el grupo gobernante tiene sobre el espacio que el petróleo ocupa no sólo en la economía y las finanzas, sino en la vida y en la historia de los mexicanos. Exhibe sin recato la urgencia que tiene por realizar los gigantescos negocios que ni Carlos Salinas de Gortari tuvo oportunidad de emprender.
Lo más lamentable es que en la dirigencia panista y en Los Pinos, por medio de Creel Miranda --acompañado del mentador de madres que antes portaba pistola--, aceptan la ampliación de los plazos del debate a 50 y no a 120 días, sólo como formulismo para cubrir el expediente y proceder a consumar la reforma petrolera que tanto urge, también, a la plutocracia mexicana y las trasnacionales energéticas.
No entienden que el debate nacional sin exclusiones, transparente, documentado y veraz es una oportunidad, acaso irrepetible, para construir consensos que desemboquen en una reforma con amplio respaldo y con el acuerdo de las fuerzas políticas
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