¿Puede América Latina liberarse del imperio yanqui y sus burguesías?
1. Los países de América Latina han luchado de manera permanente, durante todo el siglo XX, por liberarse del dominio de los EEUU y de sus burguesías atadas, al servicio del imperio. Los distintos gobiernos de este país imperial, sean del partido Republicano y Demócrata, usando su gran poder político, económico y militar, saquearon las riquezas de los pueblos y sometieron a sus gobiernos. Éstos, durante ese largo período de alrededor de 100 años (por conveniencia política y económica) han vivido subordinados a ese imperio lamiendo las botas de sus amos. Sin embargo, a pesar de ese largo período de seis o siete generaciones, se sigue viendo difícil que los más pobres y miserables de nuestro continente consigan cambiar de manera radical la situación en que han vivido. Pareciera que muchas cosas han cambiado, pero sólo en apariencia, para impedir los cambios verdaderos, aquellos que necesitan urgentemente la gran mayoría de los explotados y miserables del mundo.
2. Los gobiernos de EEUU han dominado la región por medio de brutales amenazas, ocupaciones e invasiones. Cualquier pretexto, como el de “protección de los derechos humanos y de inversiones de ciudadanos estadounidenses amenazados por la revolución o la expropiación”, siempre fue usado para intervenir militarmente. Los organismos dependientes de la Organización de Naciones Unidas, desde que ésta se fundó en 1945, fueron dominados de manera vertical por los EEUU que amenazando y presionando logró siempre el apoyo de los gobiernos más dependientes. Entre éstos sumó siempre los votos de casi todos los países de América y de muchos países débiles de otros continentes. Sin embargo, en los últimos años se han registrado importantes luchas en algunos países de América del Sur que con cierta firmeza se han opuesto al saqueo yanqui. Se han podido vislumbrar tres modelos que aún no dan los resultados esperados: la sociedad igualitaria.
3. A) El modelo guerrillero, de abajo, aplicado por las FARC en Colombia, parecido a los que triunfaron en Cuba (1959) y Nicaragua (1979); B) El modelo que ha impuesto el presidente Chávez para asumir el gobierno venezolano por la vía electoral para luego echar a la basura la Constitución burguesa e impulsar cambios de arriba hacia abajo; un camino parecido han adoptado los gobiernos de Bolivia y Ecuador compaginándose con la presión indígena; C) El modelo socialdemócrata que funciona en Brasil o Uruguay, que consiste en asumir el poder por la vía electoral, aceptar la constitucionalidad burguesa y lograr algunas reformas mínimas. El proceso colombiano ha llevado por lo menos 44 años, a pesar de que el cubano y nicaragüense duraron menos de 10 años; fue también una década la lucha de Chávez que en realidad, viene del “Caracazo” (1989). En cambio la socialdemocracia ha mantenido su batalla entre las instituciones mucho más tiempo, muchas décadas.
4. ¿En dónde quedaron los modelos de grandes movimientos de masas, de huelgas obreras y huelgas generales, de batallas campesinas que rodean las ciudades, que tan buenos resultados dieron a la izquierda en la Rusia de Lenin y la China de Mao para ascender al gobierno, a pesar de su degeneración posterior? Parecería que la clase obrera se debilitó al hacerse minoría frente a los terciarios, al bajar su peso productivo en el capitalismo tecnológico, al incrementarse enormemente el desempleo fabril o al acomodarse la “aristocracia obrera” a las estructuras de la modernidad capitalista. Al parecer no se ha hablado más de la revolución obrera o proletaria después de los años sesenta en que Marcusse, Gorz y otros comenzaron a vislumbrar el papel de los marginados, las mujeres y los jóvenes en las futuras luchas sociales. Hoy la burguesía incluso ha pretendido convencer de que las clases han desaparecido, así como la lucha de clases y la posibilidad de una revolución.
5. En los últimos años, con excepción de las guerrillas de las FARC, que luchan contra la explotación y las injusticias usando las armas en más de la mitad del territorio de Colombia, no existe otro movimiento armado tan poderoso como el de aquel país. Los movimientos guerrilleros actuantes en México, Guatemala, Perú, etcétera, no representan una fuerza que ponga en jaque o en peligro el poder del Estado. Al parecer el poderío del ejército norteamericano, sus bases militares y la integración de grandes fuerzas de asalto, asesoradas por el gobierno yanqui, tales como el Plan Colombia, el Plan México, han dificultado la integración y los avances de los movimientos guerrilleros. El criminal bombardeo a uno de los campamentos de las FARC es un ejemplo de la manera en que los bombardeos obedecen a todo un gran sistema de espionaje donde la tecnología está muy por encima de lo que una pequeña guerrilla (con excepción de la colombiana) pueda hacer.
6. Tomando en cuenta las dificultades de avance del movimiento guerrillero en el campo (sin contar las posibilidades de la guerrilla urbana) el modelo chavista se presenta como el que mayores posibilidades tiene hoy para acceder a una sociedad igualitaria. Sin embargo lo que ha favorecido a Chávez es que ha contado con el apoyo del ejército y la enorme riqueza del petróleo. Así que esa voluntad por construir una sociedad socialista tiene un respaldo concreto que le ha permitido penetrar entre los sectores mayoritarios de la población. Esas condiciones no se dan en el caso de Bolivia o de Ecuador en donde la miseria económica de los indígenas y el poder económico y político de los sectores burgueses, apoyados por el gobierno de los EEUU, están bloqueando todas las reformas. En estos tres países (Venezuela, Bolivia y Ecuador) han predominado, de manera positiva, las movilizaciones de masas en apoyo a los proyectos de gobierno y por convocatoria del mismo.
7. En cuanto a los países que han adoptado el modelo socialdemócrata, de absoluto respeto a la legalidad burguesa establecida, como Brasil, Uruguay, Chile, Argentina, en parte Nicaragua, los gobiernos parecen no haber encontrado otro camino. El gran poder de los campesinos del Movimiento Sin Tierra (MSD) del Brasil, el recuerdo de las guerrillas urbanas de los Tupamaros en Uruguay, los miles de asesinados por Pinochet en Chile, los desaparecidos por los gobiernos militares de Argentina y las grandes batallas de la revolución sandinista, no han sido suficientemente fuertes para que esas socialdemocracias encuentren un camino que los empuje a cambios más acelerados en beneficio de la población pobre y explotada. Las presiones, los chantajes, las amenazas, los miedos, los compromisos, los intercambios, incluso muchos intereses inconfesables, han obligado a estos países de la socialdemocracia a no romper con las políticas yanquis y a no construir una alternativa independiente.
8. Se opina muchas veces desde los cubículos o a partir de la comodidad del hogar. Peor aún: partiendo de modelos que transitan del centro hacia la periferia. América Latina no es sólo lo que se observa en los grandes polos de desarrollo y de las grandes ciudades de Brasil, Argentina o México; es también el 70 por ciento su población integrada por indios, campesinos, obreros, sectores populares; son los pueblos de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Haití, El Salvador, Paraguay, etcétera que aún sufren la explotación precapitalista y que se mantienen con servicios de salud y educación totalmente insuficientes y deficientes. En estos países, azotados por la intensa explotación de capitalistas locales y del imperio de EEUU, difícilmente pueden resistir estrategias políticas en las que tengan que esperar las “calendas griegas” para alcanzar su liberación. Es probable que si las clases dominantes no hacen nada para remediar la desesperación por la miseria y hambre de los pueblos, los estallidos serán pronto.
9. La situación de estos países, en que proyectos nacionalistas y gobiernos de izquierda y centroizquierda, desde hace medio siglo buscan reivindicar sus derechos como nación frente a los EEUU, no han podido avanzar mucho. Por más voluntad y empeño puesto, las fuerzas económicas, políticas y militares del neoliberalismo y el capitalismo, han sido más poderosas que las mil estrategias de los pueblos. Pareciera que después de 45 años, los años sesenta vuelven a repetirse. En aquellos años tuvimos a Cuba, como un solo territorio independiente de América; hoy contamos con un grupo de países que se esfuerzan por ser independientes encabezados por Venezuela, pero también un capitalismo internacional que ha globalizado la explotación y la represión contra los pueblos. Sé que hay que vivir y morir con un gran optimismo acerca del futuro libertario de la humanidad, pero hay que partir de la cruda realidad en la que parece que el capitalismo reinventa la explotación y la dominación.
2. Los gobiernos de EEUU han dominado la región por medio de brutales amenazas, ocupaciones e invasiones. Cualquier pretexto, como el de “protección de los derechos humanos y de inversiones de ciudadanos estadounidenses amenazados por la revolución o la expropiación”, siempre fue usado para intervenir militarmente. Los organismos dependientes de la Organización de Naciones Unidas, desde que ésta se fundó en 1945, fueron dominados de manera vertical por los EEUU que amenazando y presionando logró siempre el apoyo de los gobiernos más dependientes. Entre éstos sumó siempre los votos de casi todos los países de América y de muchos países débiles de otros continentes. Sin embargo, en los últimos años se han registrado importantes luchas en algunos países de América del Sur que con cierta firmeza se han opuesto al saqueo yanqui. Se han podido vislumbrar tres modelos que aún no dan los resultados esperados: la sociedad igualitaria.
3. A) El modelo guerrillero, de abajo, aplicado por las FARC en Colombia, parecido a los que triunfaron en Cuba (1959) y Nicaragua (1979); B) El modelo que ha impuesto el presidente Chávez para asumir el gobierno venezolano por la vía electoral para luego echar a la basura la Constitución burguesa e impulsar cambios de arriba hacia abajo; un camino parecido han adoptado los gobiernos de Bolivia y Ecuador compaginándose con la presión indígena; C) El modelo socialdemócrata que funciona en Brasil o Uruguay, que consiste en asumir el poder por la vía electoral, aceptar la constitucionalidad burguesa y lograr algunas reformas mínimas. El proceso colombiano ha llevado por lo menos 44 años, a pesar de que el cubano y nicaragüense duraron menos de 10 años; fue también una década la lucha de Chávez que en realidad, viene del “Caracazo” (1989). En cambio la socialdemocracia ha mantenido su batalla entre las instituciones mucho más tiempo, muchas décadas.
4. ¿En dónde quedaron los modelos de grandes movimientos de masas, de huelgas obreras y huelgas generales, de batallas campesinas que rodean las ciudades, que tan buenos resultados dieron a la izquierda en la Rusia de Lenin y la China de Mao para ascender al gobierno, a pesar de su degeneración posterior? Parecería que la clase obrera se debilitó al hacerse minoría frente a los terciarios, al bajar su peso productivo en el capitalismo tecnológico, al incrementarse enormemente el desempleo fabril o al acomodarse la “aristocracia obrera” a las estructuras de la modernidad capitalista. Al parecer no se ha hablado más de la revolución obrera o proletaria después de los años sesenta en que Marcusse, Gorz y otros comenzaron a vislumbrar el papel de los marginados, las mujeres y los jóvenes en las futuras luchas sociales. Hoy la burguesía incluso ha pretendido convencer de que las clases han desaparecido, así como la lucha de clases y la posibilidad de una revolución.
5. En los últimos años, con excepción de las guerrillas de las FARC, que luchan contra la explotación y las injusticias usando las armas en más de la mitad del territorio de Colombia, no existe otro movimiento armado tan poderoso como el de aquel país. Los movimientos guerrilleros actuantes en México, Guatemala, Perú, etcétera, no representan una fuerza que ponga en jaque o en peligro el poder del Estado. Al parecer el poderío del ejército norteamericano, sus bases militares y la integración de grandes fuerzas de asalto, asesoradas por el gobierno yanqui, tales como el Plan Colombia, el Plan México, han dificultado la integración y los avances de los movimientos guerrilleros. El criminal bombardeo a uno de los campamentos de las FARC es un ejemplo de la manera en que los bombardeos obedecen a todo un gran sistema de espionaje donde la tecnología está muy por encima de lo que una pequeña guerrilla (con excepción de la colombiana) pueda hacer.
6. Tomando en cuenta las dificultades de avance del movimiento guerrillero en el campo (sin contar las posibilidades de la guerrilla urbana) el modelo chavista se presenta como el que mayores posibilidades tiene hoy para acceder a una sociedad igualitaria. Sin embargo lo que ha favorecido a Chávez es que ha contado con el apoyo del ejército y la enorme riqueza del petróleo. Así que esa voluntad por construir una sociedad socialista tiene un respaldo concreto que le ha permitido penetrar entre los sectores mayoritarios de la población. Esas condiciones no se dan en el caso de Bolivia o de Ecuador en donde la miseria económica de los indígenas y el poder económico y político de los sectores burgueses, apoyados por el gobierno de los EEUU, están bloqueando todas las reformas. En estos tres países (Venezuela, Bolivia y Ecuador) han predominado, de manera positiva, las movilizaciones de masas en apoyo a los proyectos de gobierno y por convocatoria del mismo.
7. En cuanto a los países que han adoptado el modelo socialdemócrata, de absoluto respeto a la legalidad burguesa establecida, como Brasil, Uruguay, Chile, Argentina, en parte Nicaragua, los gobiernos parecen no haber encontrado otro camino. El gran poder de los campesinos del Movimiento Sin Tierra (MSD) del Brasil, el recuerdo de las guerrillas urbanas de los Tupamaros en Uruguay, los miles de asesinados por Pinochet en Chile, los desaparecidos por los gobiernos militares de Argentina y las grandes batallas de la revolución sandinista, no han sido suficientemente fuertes para que esas socialdemocracias encuentren un camino que los empuje a cambios más acelerados en beneficio de la población pobre y explotada. Las presiones, los chantajes, las amenazas, los miedos, los compromisos, los intercambios, incluso muchos intereses inconfesables, han obligado a estos países de la socialdemocracia a no romper con las políticas yanquis y a no construir una alternativa independiente.
8. Se opina muchas veces desde los cubículos o a partir de la comodidad del hogar. Peor aún: partiendo de modelos que transitan del centro hacia la periferia. América Latina no es sólo lo que se observa en los grandes polos de desarrollo y de las grandes ciudades de Brasil, Argentina o México; es también el 70 por ciento su población integrada por indios, campesinos, obreros, sectores populares; son los pueblos de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Haití, El Salvador, Paraguay, etcétera que aún sufren la explotación precapitalista y que se mantienen con servicios de salud y educación totalmente insuficientes y deficientes. En estos países, azotados por la intensa explotación de capitalistas locales y del imperio de EEUU, difícilmente pueden resistir estrategias políticas en las que tengan que esperar las “calendas griegas” para alcanzar su liberación. Es probable que si las clases dominantes no hacen nada para remediar la desesperación por la miseria y hambre de los pueblos, los estallidos serán pronto.
9. La situación de estos países, en que proyectos nacionalistas y gobiernos de izquierda y centroizquierda, desde hace medio siglo buscan reivindicar sus derechos como nación frente a los EEUU, no han podido avanzar mucho. Por más voluntad y empeño puesto, las fuerzas económicas, políticas y militares del neoliberalismo y el capitalismo, han sido más poderosas que las mil estrategias de los pueblos. Pareciera que después de 45 años, los años sesenta vuelven a repetirse. En aquellos años tuvimos a Cuba, como un solo territorio independiente de América; hoy contamos con un grupo de países que se esfuerzan por ser independientes encabezados por Venezuela, pero también un capitalismo internacional que ha globalizado la explotación y la represión contra los pueblos. Sé que hay que vivir y morir con un gran optimismo acerca del futuro libertario de la humanidad, pero hay que partir de la cruda realidad en la que parece que el capitalismo reinventa la explotación y la dominación.
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