Sobre el nazismo mexicano

Acerca del reportaje de Milenio sobre el nazismo mexicano, creo es pertinente enfatizar que el resurgimiento de ese tipo de grupos es fruto de la permanencia de la derecha en el poder y en especial del militarismo fecal.
Como se documenta en ese texto, existen en nuestro país tanto grupos nazistas como fascistas, falangistas y de otras especies, pero todos ellos tienen en común ser derechistas y militaristas, por lo que se identifican muy bien con el estilo Fecal.
Es un fenómeno bien conocido. Esos grupos son los apologistas naturales de los gobiernos militares, como ocurrió en Sudamérica, por ejemplo, hace varias décadas.
FASTA, un grupo católico argentino que se menciona en Milenio, forma "milicianos" entrenados con tácticas de provocación y agresión colectiva, que han aplicado contra personajes y eventos a los que califican como "abortistas". Empujan a la gente, le gritan, tratan de ocasionar riñas, la insultan. Por ejemplo amagan y llaman "asesinas" a las mujeres que están a favor de la despenalización, etc.
Como ese, hay muchos otros grupos agresivos y paramilitares en América del Sur, como todavía no se han visto en México, porque aquí hemos vivido bajo un estado laico, pero no hay que olvidar que ya no se trata de realidades lejanas, pues precisamente el gobierno panista ha estimulado en todo lo posible las vinculaciones de los ultraderechisas mexicanos con sus homólogos de otros países.
Asmismo, los grupúsculos pronazis están haciendo causa común con la jerarquía católica en sus campañas contra el aborto, las sociedades de convivencia, etc.
Siempre han estado presentes, pero antes no se mostraban, presumiblemente por temor al rechazo de que era objeto incluso por parte de los católicos más convervadores.
Uno de esos grupos, Misión Nacional, abiertamente nazi, y que ha operado en CU, intentó participar en febrero de 95, en una protesta contra la obra El Concilio del Amor, de Jesusa Rodríguez, en Coyoacán, a la que se habían dado cita grupos conservadores que al grito de "!Viva Cristo Rey!", protestaron contra el restreno de la obra. Entre esos grupos estaba un autodenominado Movimiento Familiar Católico, coordinado por Hector Guiscafrén, así como el Frente Juvenil Guadalupano, la Unión Nacional Sinarquista y las Damas de Acción Católica, además de algunos jóvenes pronazis de la organización Misión Nacional, quienes colocaron una manta ostrentando una svástica al costado izquierdo y con la exigencia de poner fin a las "blasfemias". "En la alemania nazi no se permitían ese tipo de blasfemias", dijo un joven rubio, con la cabeza rapada, que dirigía la raquítica participación pronazi, misma que causó disgusto entre los demás miembros del acto, quienes retiraron la manta con la cruz gamada, para enojo de sus indeseados compañeros. Por su parte, entrevistado por un reportero Guiscafrén afirmó que "no se puede tener tolerancia con alguien que ofende a la patria, a una autoridad, a la mamá de usted, a los valores más sagrados de uno, que son los valores religiosos"
Ahora resulta que UR, un conocido grupo fascista, y otros similares, sí participaron abiertamente en eventos antiabortistas organizados por la jerarquía, y exhibieron sus emblemas.
Es decir, para ellos la situación ha cambiado. Ostensiblemente gozan de más aceptación por la derecha que gobierna el país, pues en ella tienen cabida sectores racistas y militaristas, que encarnan precisamente el espíriu que originó los movimientos totalitarios a principios del siglo XX.
Cabe señalar que dentro de los grupos nazis, los hay "históricos", es decir, apegados literalmente a las doctrinas de Hitler, expuestas en su libro Mi Lucha, pero los hay también "revisionistas", opción que prevalece por naturales razones en América Latina.
Ese es el tipo de grupos que está reapareciendo en México. Se dicen no precisamente arios, pero sí "criollos", de raza blanca, desprecian a los que llaman los "nacos" y sustentan que es necesario reivindicar el catolicismo, porque es expresión de la "raza superior" en AL.
Sobre el aborto y la liberación sexual, dicen que es un complot de judíos y masones contra las mujeres blancas, además de que aprovechan las actitudes de la jerarquía católica para atizar el odio contra los homosexuales, que se contaron entre las principales víctimas de Hitler en su tiempo. Hay un grupo que se llama "mujer criolla" que difunde ese tipo de ideas en la página:
www.libreopinion.com/members/mujer_criolla/.
Se trata de grupos numéricamente pequeños, pero cuya mentalidad se identifica con la de muchos panistas y simpatizantes de la derecha. Hay que recordar toda la propaganda racista que difundieron los fascíficos el año pasado con motivo del plantón, cuando incluso organizaron agresiones contra los campamentos.
Con un argumento infantil, Serrano Limón está alegando, gratuitamente, que la presencia de nazis en eventos "provida" puede ser una "provocación" del PRD. Pero esto es una calumnia, pues ese tipo de grupos ha dejado en claro en sus materiales de propaganda, que apoyan la represión sexual, es decir, la llamada "defensa de la vida y de la familia", identificándose con las consignas del Vaticano.
(Más información en: "El aborto en México: derecha católica y militarista
kaosenlared.net - 23 Abr 2007)
Este personaje, que encarna proyectos históricos de la derecha católica en el poder, aunque esta lo niegue, pretende, con ese y otros pretextos lograr apoyo policiaco para su Operación Rescate, clonada por cierto de las estrategias de la derecha religiosa en EU, como las que encabeza, con el mismo nombre, Randall Terry.
Al parecer, trata de aprovechar el desdén de la población hacia él y su grupo para desinformar y obstruir el acceso al aborto libre, alegando que cuenta con el apoyo de la policía. Recordemos que ya lo hizo hace unas semanas al llamar al ejército a su evento antiabortista. Sería lamentable que las autoridades capitalinas cayeran en su juego.
Por otra parte, creo que el resurgimiento de los nazis no es meramente anecdótico, pues ellos expresan, de forma más pintoresca, lo que a todas horas pregonan Fecal y el PAN, con la bendición de la jerarquía católica: la política de "mano dura", el racismo y el desprecio por el pueblo, manifestado ya no en consignas sino en agresiones brutales como el alza a los productos básicos y la reforma a la ley de pensiones, así como el autoritarismo conservador, encarnado en la represión de la sexualidad. Ese es el nuevo fascismo.