EL DERROCHE E HIPOCRESÍA DEL PAN

Ya había comentado hace unos días que solamente por transmitir en cadena nacional la toma de protesta de Calderón, el PAN se gastó 3 millones de pesos--de NUESTROS IMPUESTOS, por cierto, ya que el dinero que se gastó es el dinero que les asigna el IFE.

Hoy Milenio describe con mas detalle el tamaño del despilfarro panista para esta toma de protesta que mas bien parecía orquestrada por el partido republicano de Estados Unidos (yo no dudaría ni tantito que Calderón los que le están haciendo la campaña son los republicanos.)

Aquí los detalles:

Tiran la casa por la ventana en la protesta de Calderón

Al más puro estilo de la política estadunidense y de sus convenciones onerosas y ostentosas, Felipe Calderón rindió ayer protesta como candidato del Partido Acción Nacional a la Presidencia de la República.

En el Palacio de los Deportes, atiborrado por alrededor de 20 mil simpatizantes y panistas destacados, pero sin la presencia de la pareja presidencial, la toma de protesta de Calderón se convirtió en un verdadero show mediático, gracias al uso de la tecnología y a un amplio despliegue de recursos económicos.

Ni el comité de campaña del candidato ni el Partido Acción Nacional, encargado del pago de los gastos, se atrevieron a revelar el costo de un acto que fue transmitido vía satélite a los 32 estados de la República a través de los canales 4 y 13 de las dos televisoras más importantes del país, en diferido y en una versión más corta de media hora.

Para lucirse durante los setenta minutos que duró la ceremonia, el antiguo estudiante de Harvard dispuso también de siete pantallas gigantes, cámaras, bocinas, juego de luces, música y toda la parafernalia de los mítines políticos. Alrededor del domo, se instalaron otras pantallas y templetes amenizados por grupos de música para quienes no pudieron entrar en el recinto.

Pero a esa tecnología de punta se agregaron otros elementos de índole emocional para conmover los corazones de la militancia. Al igual que en las convenciones del Partido Republicano en Estados Unidos, la vida privada del ex secretario de la administración foxista fue colocada en el centro de una ceremonia en la que las propuestas y la presentación de la plataforma panista quedaron en segundo plano.

Una hora antes de que irrumpiera en el foro en medio del público, acompañado de su esposa e hijos y al son de su jingle, Calderón fue retratado en videos como buen padre de familia, esposo ejemplar y político honesto y derecho.

En esas cintas testimoniales, muy acordes con los valores tradicionales de su partido, Calderón recordó con ojos llorosos a sus padres, Carmen y Luis, quienes le inculcaron los principios “humanistas” del panismo. Con una amplia sonrisa dibujada en su rostro, relató también la anécdota de cómo “cayó” finalmente a sus pies la que actualmente es su esposa, la diputada Margarita Zavala, al cabo de dos años de cortejo. Y se exaltó al hablar de sus retoños de ocho, seis y dos años, María, Luis Felipe y Juan Pablo.

Se refirió asimismo a uno de sus mentores políticos, el fallecido Carlos Castillo Peraza, pero lo hizo sin mencionar las diferencias que los llevó en los últimos años de vida del panista doctrinario a distanciarse. Margarita Zavala, el ex senador Juan de Dios Castro y la secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota ensalzaron a su vez a su protegido en diferentes testimonios.

Es tan obvia la injerencia de los republicanos que ya se podría hablar los interes del partido republicano--el partido de Bush--y no los del PAN en la campaña electoral de Calderón. Es exactamente el mismo estilo de despilfarro económico y mediático.

Lo curioso es que esto se da precisamente para distraer la atención de algo que comenta Julio Hernández en su columna Astillero de hoy: el PAN pretende que no se de cuenta la gente de que no pudo hacer alianzas con nadie, y que de plano Calderón se está distanciando cada vez más de Fox por que sabe lo harto que está el pueblo de el PAN.

Dice Julio Hernández:

EL PAN HA dado una muestra irrefutable de hipocresía en la toma de posesión de su candidato presidencial. Tanto el aspirante, Felipe Calderón, como el dirigente, Manuel Espino, se apoyaron ayer discursivamente en la presunta pureza que les da el no haber hecho alianzas con otros partidos. Los pactos serán hechos "con la ciudadanía" y no "en complicidad con los mercenarios de la política", dijo exultante el mismo Calderón que abrigó la esperanza de cerrar negociaciones con la mafia de los Niños Verdes, y en especial con el simulador Bernardo de la Garza; el mismo Calderón que mantiene abiertas líneas de compraventa subterránea ni más ni menos que con la profesora Elba Esther Gordillo, antítesis clarísima de la doctrina panista y ejemplo inmejorable de los mercenarios presuntamente repudiados. Los panistas no hicieron tratos explícitos con la delincuencia política porque no pudieron, no porque no hayan querido; fue un problema de mercado, no de ética; de ineficacia comercial, no de conductas virginales ni angelicales.

HIPOCRITA ES TAMBIÉN el presunto deslinde del felipillismo respecto del foxismo. Es cierto que Vicente Fox, capaz de tropezar políticamente hasta consigo mismo, hizo cuanto pudo para apoyar la deslavada precandidatura oficialista del Señor de los Books y del Fonden, pero en cuanto la realidad mostró aplastantemente que Calderón sería el ganador de la contienda interna, el esposo de la señora Marta se allanó y mostró cooperación no sincera pero sí necesaria para su propia esperanza de irse a descansar al rancho enriquecido sin molestias judiciales o económicas. Desde entonces hay entendimiento pleno con la estructura del Poder Ejecutivo federal puesta al servicio del candidato ya oficial. Sin embargo (la hipocresía como signo distintivo de la derecha), Calderón quiere aparentar distancia, una especie de foxismo vergonzante que juega a deslindarse del mal ejecutor sexenal (ni siquiera fue llevado a la ceremonia de protesta el mal concertista, para que su constante desafine no afectara la nueva partitura), pero que al mismo tiempo se apoya en la estructura oficial y da continuidad (con mejor empaque discursivo e ideológico) al estilo del demagogo guanajuatense.

ESA HIPOCRESIA PRETENDE ganar espacio transexenal. A la nueva forma de desafuero aquí reseñada el viernes pasado (la pretensión de quitar al próximo presidente la facultad de nombrar a los responsables de cuatro oficinas estratégicas de asuntos financieros y tributarios) se han agregado otros golpes de guerra preventiva: las concesiones de radio y televisión tampoco dependerían del futuro mandatario federal, sino de la comisión de telecomunicaciones también tocada por la varita mágica de la autonomía y del nombramiento previo de directivos. No es que se cercenen facultades al gobernante por elegir, ni que se le maniate al nombrar desde ahora a los funcionarios con los que deberá abordar asuntos clave, sino súbita pasión por la autonomía, arreglos legislativos sin doble intención. ¡Ah, el dulce encanto de la hipocresía!

En lo personal la hipocresía de Calderón y del PAN es lo de menos. Cualquiera con más de dos neuronas se da cuenta de que diciendo la verdad no van a llegar a ningún lado. Lo preocupante es lo peligroso de la injerencia del partido republicano en las elecciones mexicanas. No sólo por las cochinadas que los republicanos son capaces de hacer con los medios para difamar a sus contrincantes (aunque dudo que la ciudadanía en México les crea) sino por que en las dos últimas elecciones presidenciales los republicanos han ganado por medio de FRAUDE.

A esto súmenle el hecho de que los republicanos controlan a la CIA y que Bush está desesperado por impedir que haya gobiernos de izquierda en el continente americano.

Y mientras esta injerencia de los republicanos exista en el PAN, votar por el PAN resulta de plano un peligro para la soberanía nacional. Así de plano.

Una razón más para votar por el peje en el 2006.