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lunes, noviembre 14, 2005

DE COMO EL GOBIERNO FOXISTA DESPRESTIGIÓ LA POLÍTICA EXTERIOR MEXICANA

Proceso acaba de publicar una nota que no tiene desperdicio sobre las pifias cometidas por Fox en política exterior. Los detalles aquí:

El desprestigio diplomático
homero campa/ apro

México, D.F., 14 de noviembre (apro).- “No existe más el prestigio que México llegó a tener en América Latina”. Ante los gobiernos de la región, su diplomacia es “inoperante y dañina”.

Y ello tiene consecuencias: “México deja de ser un interlocutor interesante en el continente, su palabra deja de tener peso y, por tanto, pierde influencia. Y si no influye, no se puede defender ni propiciar iniciativas o siquiera acompañar las buenas causas, porque los demás gobiernos la van a sacar la vuelta”.

En suma, “los márgenes de maniobra de México en el escenario internacional se estrechan, y se vuelve inefectivo y vulnerable”.

Gustavo Iruegas, exsubsecretario de Relaciones Exteriores para América Latina en los dos primeros años del gobierno de Vicente Fox, analiza la política exterior de México a partir de los recientes conflictos diplomáticos con Argentina y Venezuela suscitados en la IV Cumbre de las Américas, celebrada en Mar del Plata.

De hecho, los conflictos iniciaron a partir de la insistencia de Fox por introducir el tema del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) como eje de la cumbre.

Al respecto, Iruegas señala: “México había tenido la siguiente posición ante el ALCA: ni nos oponemos ni lo alentamos. No nos metemos mucho. Estamos allí, aportamos, pero no somos los de la fiesta”.

Más aún, recuerda que hace año y medio, en una reunión de cancilleres, se había llegado a una especie de consenso para tener un “ALCA atenuado, plano”. “Brasil había logrado quitarle las aristas que más le incomodaban, y Estados Unidos había logrado salvar la cara al señalar que sí habría ALCA”, dice.

Pero en Mar del Plata, Fox saca “de manera gratuita” el tema, pues Washington “ya se había resignado a un ALCA aplanado”. Como Fox lo hace en presencia de Bush, “de inmediato se interpreta como un gesto para quedar bien con el mandatario estadunidense”.

--Si el ALCA no era tema ni para Washington, ¿por qué Fox lo puso en la mesa?

--He tratado de encontrar una explicación, pero no la encuentro. No hay nada que ganar con ello. Lo único sería agradar a Estados Unidos y que ello se tradujera en algo… pero no veo en qué.

Luego vino el conflicto con Argentina y Venezuela, a partir de las declaraciones que cruzaron, por un lado, Fox, y por el otro los presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez.

A Iruegas le llama la atención la manera en que la Cancillería mexicana ha enfrentado ambos conflictos. Con Argentina, se resolvió por la vía expedita: un diálogo entre los cancilleres. Con Venezuela, se llamó al embajador de ese país en México, Vladimir Villegas, para ofrecer explicaciones por las palabras del presidente Hugo Chávez, quien calificó a Fox de “cachorro del imperialismo”.

“Llamar al embajador no resuelve el problema, porque éste no puede explicar nada. ¿Qué puede decir? No tendría más opciones que descalificar a su presidente o decir que tiene razón”, comenta.

En ambos casos, el conflicto se mantiene. E Iruegas teme que esa sea la intención del gobierno de Fox.

Explica: “No puedo asegurar, pero temo que el gobierno de Fox tenga la intención de escalar el conflicto, de tensar la relación y, quizás, llegar al rompimiento. La razón: eso sí que ayudaría a Estados Unidos, que ya tiene un enfrentamiento directo con Chávez y necesita una descalificación moral por parte de un país latinoamericano con peso, como México”.

Abunda: “Ello movería opinión, y en México el conflicto se presentaría como un gesto nacionalista que arrastraría el respaldo de los mexicanos, quienes, en general, tienden a defender al presidente de ataques del extranjero, aun cuando no tenga razón”.

--¿Y qué ganaría México con eso? ¿Cuál es la lógica para los intereses de México?

--Ese es el problema: no hay lógica, y en el fondo de todo esto no veo los intereses de México.

Yerros diplomáticos

Para Iruegas, los conflictos derivados de la Cumbre de Mar del Plata fueron provocados por una diplomacia que ha aniquilado el prestigio de la política exterior mexicana.

Dice: “México tenía un prestigio –que nunca liderazgo— basado en una política exterior propia que ejercía con independencia. Eso es lo que reconocían los políticos latinoamericanos”.

Pero, ello, señala, no existe más. México “tiene malas posiciones” en la región y “su diplomacia es dañina e inoperante”.

Por ello, le llama la atención la pretensión del gobierno de Fox de “ser puente” entre América Latina y Estados Unidos, “como si los gobiernos del área no tuvieran comunicación (con Washington) o instituciones para ello”.

“Esa intentona en Mar del Plata de asumir un liderazgo y ser puente provoca en los funcionarios latinoamericanos gestos de fastidio o sonrisas”, añade.

Señala que el alejamiento de México respecto de América Latina no es de ahora: inició en el sexenio de Miguel de la Madrid, quien --sin dejar el discurso de la vocación latinoamericanista— impulsó una “derechización” de “la parte económica de su política exterior”. Posteriormente, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá selló el destino de México: “Profundamente amarrado a Estados Unidos”.

Después, el ingreso a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) “terminó por confirmar ante los ojos de los gobiernos del área que el país se separaba de América Latina y del resto del Tercer Mundo”.

El gobierno de Fox es tan derechista en su política exterior como los últimos del PRI. La diferencia es otra: primero, con el canciller Jorge Castañeda, imperaron los malos propósitos a partir de motivos personales. El ejemplo más claro es la relación con Cuba. Después, con el canciller Luis Ernesto Derbez, lo que prevalece es la impericia: se equivoca en todos lados y su gestión es una cadena de errores”.

Enumera algunos de ellos:

--Cerrar temporalmente la embajada de México en Haití, cuando en febrero del 2004 estalló una revuelta en ese país. Canceló así la posibilidad de tener información propia sobre lo que allí ocurría y, a partir de ello, normar, con criterio propio, su actuación en la solución del conflicto.

--Admitir lo que no admitiría canciller alguno: el uso de balas de gomas contra los migrantes mexicanos en Estados Unidos.

--Buscar como “política de Estado” la secretaría general de la OEA. Su candidatura provocó en su momento un conflicto con Chile. Además, no estaba planeada. El gobierno de Fox aprovechó la renuncia del anterior secretario general, Miguel Angel Rodríguez --acusado por corrupción en su país--, para buscarle un empleo a Derbez, quién había sido rechazado por el PAN como candidato presidencial en México. “Pero el canciller mexicano operó mal su candidatura y perdió”. Lo peor: no supo perder: “se negó a dar la mano al candidato ganado José Miguel Inzulza en el foro de la OEA, un hecho absolutamente descortés”.

--“Expulsar de manera impropia al embajador de Cuba en México, Jorge Bolaños, después que La Habana regresó al empresario Carlos Ahumada, rompiendo el programa que el gobierno de Fox tenía previsto: un largo proceso de extradición. Al final, los funcionarios mexicanos se tragaron sus palabras y admitieron el regreso del embajador Bolaños, quien volvió fortalecido”.

--Todos estos errores ¿cómo dejan a México?

--Mal, muy mal.

--¿Y ello cómo se refleja?

--México deja de ser un interlocutor interesante en el continente, su palabra deja de tener peso y, por tanto, pierde influencia. Y si no influye, no se puede defender ni propiciar iniciativas o siquiera acompañar las buenas causas, porque los demás gobiernos la van a sacar la vuelta…. (En suma) los márgenes de maniobra de México en el escenario internacional se estrechan y se vuelve inefectivo y vulnerable”.


No podemos permitir que el PAN siga destruyendo las relaciones diplomáticas de México con el resto de las naciones latinoamericanas nomás por el capricho de Fox de ser el perro faldero de Bush. Todos los indicadores internacionales muestran que America Latina se está yendo a la izquierda por que su gente está harta de las pifias y las raterías y enteguismos de la derecha. En poco tiempo cada vez mas gobiernos latinoamericanos serán de izquierda por que así lo quiere la gente de cada país. ¿Qué pretende el PAN entonces? ¿Romper relaciones con todos los países que no sean de derecha neoliberal o que se nieguen a ser lacayos de Washington?

No, ya basta de este circo bochornoso en el que nos tiene metidos el PAN. NI UN VOTO MAS AL PAN.

Una razón más para votar por el peje en el 2006.

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