El proyecto
En el inicio del siglo, México ha entrado a un periodo crítico, pues se está fraguando no sólo la entrega de recursos básicos al exterior y la cancelación de los derechos sociales del pueblo, sino la consolidación de un nuevo autoritarismo.
1. El régimen presidencialista del México actual, que no pasa de ser una caricatura del que plantea la teoría constitucional sometiendo a los poderes a contrapesos y controles, se sigue caracterizando como en los años del priísmo por tener un Ejecutivo (que ahora es de facto) que actúa por encima de la legalidad, repartiendo contratos y concesiones como miembro prominente de una mafia y brindando impunidad a quienes lo respaldan, aunque a diferencia del de aquellos años no cuenta con una mayoría legislativa. Fox y Calderón son, sin embargo, tan impunes al delinquir como lo fueron Díaz Ordaz o Salinas.
2. Una cuestión central se está soslayando además, ante la desesperación de Felipe Calderón por cumplirle a Washington con “la contrarreforma estratégica”, y es que en los años del priísmo los presidentes podían negociar con los sectores del PRI y los poderes fácticos, en el marco del régimen (que no era el semitotalitario que inventan en su imaginario los panistas), por haber un consenso en aspectos fundamentales del proyecto nacional plasmado en la Constitución, el que no existe ahora, por la posición de los extremistas en el poder, que defienden intereses antinacionales y antipopulares.
3. La añoranza de la derecha mexicana por un presidencialismo autoritario, que nunca existió con los rasgos que ahora le dan los panistas en su fantasía, es lo que los hace promover la difusión de tesis sobre “la gobernabilidad” y los “gobiernos compartidos” y negar el papel histórico y constitucional del Congreso, que ha sido y debería ser el de frenar al Ejecutivo y oponerse a éste cuando se halla en manos de la oposición, como fue el caso durante mucho tiempo en Estados Unidos en el pasado.
4. El punto central es empero que en el México actual no existe ese acuerdo “en lo fundamental”, del que hablaban Otero y los liberales mexicanos en el siglo XIX, por dos razones fundamentales. La alianza de grupos mafiosos que se han enquistado en el poder desde los años 80, encabezados por Carlos Salinas de Gortari, que sigue siendo “el hombre fuerte de México”, y que usan a Felipe Calderón como su pelele, ha hecho del poder público un botín y establecido una democracia simulada, y lo ha hecho para desmantelar a la nación, en función de los intereses trasnacionales y del gobierno estadunidense, lo que los ha llevado a restringir los derechos individuales y a cancelar los derechos sociales, como lo ordenan los programas neoliberales, todo lo cual es contrario a la Constitución y al sentir de millones de mexicanos.Leer más...
ISSSTE: ¿éxitos foxistas, señor Calderón?
1 Para el Banco Mundial, México tiene las peores pensiones. Ellas equivalen a 45 por ciento del último salario devengado por un trabajador activo, y se cuentan entre las más castigadas del orbe. Según una muestra de 53 economías, México ocupa el deshonroso lugar 47.
¿En dónde ganan más, al momento del retiro, que como activos? En Uruguay (125 por ciento del último salario), Egipto (120 por ciento), Luxemburgo (110 por ciento), Irán y Yemen.
¿Qué es lo que pasa en México? Sucede que las tasas de retiro son bajas debido al abatido nivel de los salarios y los altos costos. Aun así, Calderón impuso su “reforma” al ISSSTE y se atrevió a declarar en Milán, Italia, que “está impulsando un paquete de reformas estructurales”, poniendo como ejemplo el “éxito de la nueva Ley del ISSSTE”.
Como para pulsar el gradiente de lo que Calderón “entiende” por “éxito”, baste considerar que, días antes, sostuvo temerariamente que sin ella se habría provocado “una crisis financiera de dimensiones insuperables y contribuimos a que el país mantenga sus finanzas públicas sanas”.
Por estos mismos “éxitos” su cupular Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 –que preserva la misma política económica de los últimos 20 años y que, con jaloneos, apenas se compromete a intentar promover 800 mil empleos anuales– amenaza ir por más “éxitos” de este singular tipo.Leer más...
Impunidad de Estado
Un día como hoy, hace 33 años, el líder comunitario Rosendo Radilla viajaba en autobús de Atoyac de Alvarez a Chilpancingo. Fue detenido cerca de Zacualpan por efectivos apostados en un retén militar. Lo acompañaba su hijo de 11 años. Tras estos hechos, su familia jamás volvió a verlo.
Radilla fue presidente municipal de Atoyac de 1955 a 1956, simpatizante de los movimientos sociales encabezados por Lucio Cabañas y Genaro Vázquez y, sobre todo, un hombre querido y respetado por su comunidad, gracias a la importante labor social que desarrolló a favor de los campesinos. Fue también autor de diversos corridos, en los que vertía su visión política y sus ideales sociales.
Después de siete años de no estar todos juntos, el pasado domingo sus 11 hijos se reunieron en la casa familiar de Chilpancingo. Sentados en la sala, escucharon las cintas con los corridos compuestos por Radilla, grabadas en esa misma estancia por el autor hace más de tres décadas. Se trató de un encuentro muy emotivo, en el que intercambiaron dolorosas vivencias.
Radilla es uno de los 470 casos registrados de desapariciones forzadas, solamente en Atoyac, durante la guerra sucia de los años 70. Se trató de una práctica sistemática de control y exterminio de las movilizaciones sociales por parte del Estado que, pese a estar suficientemente documentada, jamás ha sido reconocida oficialmente. Aunque las primeras desapariciones de la guerra sucia datan del año 1967, no fueron denunciadas formalmente sino hasta 1990, cuando se creó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). El silencio de los agraviados se debió, en gran medida, a los sentimientos de temor, indefensión e impotencia que, atizados por el gobierno, imperaban en la vida de esa pequeña comunidad campesina, como parte sustancial del terrorismo de Estado.Leer más...
La Bola...
El Fondo de Cultura Económica pondrá a circular en breve el libro titulado La bola de la Independencia: Una historieta de la historia, firmado por El Fisgón. En el prólogo, el historiador Lorenzo Meyer apunta: “Rafael Barajas es un observador-estudioso-participante del acontecer político mexicano actual y, por tanto, desde su perspectiva, la lucha de aquellos que en 1810 se enfrentaron en México al poder español no es asunto meramente histórico, es decir, superado, sino algo que aún no se resuelve del todo”. Con autorización de la editorial, ofrecemos el prefacio, a manera de adelanto.
El humorista español Enrique Jardiel Poncela afirmó que “historia es, desde luego, exactamente lo que se escribió, pero ignoramos si es exactamente lo que sucedió”. El humorista tiene razón. Aunque tratan de tenerlo siempre presente, los historiadores suelen olvidar que toda visión de la historia –incluida la suya– está marcada por conceptos ideológicos, prejuicios sociales, teorías de moda y necesidades políticas de su tiempo, lo que implica, invariablemente, errores, distorsiones y el olvido de temas y zonas históricas. Creo que escribir La Historia es tarea imposible (nadie es dueño de la objetividad), por lo que me he propuesto algo mucho más modesto: hacer una historia de la historia.
El debate por la historia es parte del debate político. Es piezas clave en la lucha por el poder y en la formación de la memoria colectiva. Hay fechas, eventos y movimientos que desatan pasiones, fracturan familias, dividen a la sociedad y se discuten durante meses, años y hasta siglos; éste es el caso del grito que dio el cura Miguel Hidalgo y Costilla en el pueblo de Dolores el 16 de septiembre de 1810. En su tiempo, los realistas consideran el hecho una infamilla inspirada por el demonio y la Iglesia excomulga a los insurgentes; por su parte, algunos pueblos festejan el “grito libertador” aun antes de que se consume la Independencia en 1821.
Quien es dueño del presente puede imponer su visión del pasado y quien tiene una visión del pasado puede luchar por el presente y futuro; esto es aún más claro en los momentos históricos decisivos, cuando la sociedad discute proyectos políticos que definen su futuro. En los primeros años del México independiente, los grupos liberal y conservador luchan por el poder y, a pesar de que el país apenas cuenta con unos años de vida, el ideólogo conservador Lucas Alamán, y los intelectuales liberales, José María Luis Mora y Lorenzo de Zavala, escriben miles y miles de páginas sobre la historia de México. En las primeras décadas del siglo XIX, el movimiento de Hidalgo está en el centro del debate que divide a liberales y conservadores; para los liberales, Hidalgo es el Padre de la Patria y el movimiento insurgente está en el origen de la nación mexicana, mientras que para los conservadores el Padre de la Patria es Iturbide y el cura de Dolores un irresponsable que alebrestó a un populacho violento y atrasado.
Es de sobra sabido que los vencedores son quienes escriben la historia y es un hecho que todo Estado o grupo en el poder necesita imponer su visón de la historia para legitimarse. En todas las naciones, la historia oficial tiende a simplificar los acontecimientos; suele olvidar próceres, eventos, datos y hechos importantes y relega a un segundo plano la complejidad de los acontecimientos. México no es la excepción. Después del triunfo definitivo sobre los conservadores, los historiadores liberales construyen una visión de la Guerra de Independencia en la que los insurgentes son héroes perfectos, patriotas visionarios que se propusieron, desde un principio, liberar a sus coterráneos del yugo del Imperio español y construir una nación independiente y soberana. Durante décadas, la historia oficial impone una visión de la Independencia que está llena de mitos, de leyendas épicas, de fantasías patrióticas, y que se toma grandes licencias poéticas y literarias. La realidad histórica es, por supuesto, mucho más complicada: los insurgentes dudan, se equivocan, incurren en torpezas y traiciones, cometen atrocidades, toman decisiones inexplicables y la concepción y el nacimiento de México como nación independiente es un proceso complejo y accidentado, como lo demuestra Luis Villoro en su clásico libro El proceso ideológico de la Revolución de Independencia.Leer más...
México SA
Sin paternidad, el impuesto especial a los combustibles
Impacto al transporte público
Aumento en cadena a otros productos
Siempre sí afectará crisis de hipotecas
Primero que sí, después que no y más adelante que quién sabe, pero el hecho es que el pretendido impuesto “especial” de 5 por ciento a gasolinas, diesel y gas automotriz, negociado en lo oscurito entre panistas y priístas como parte de los enjuagues de la “reforma” fiscal, lo único que ha encendido es el rechazo de una ciudadanía que, si bien tolerante en extremo, está harta de pagar los excesos y desvaríos de la clase gobernante.
Lo único cierto es que sistemáticamente gobierno y partidos políticos se han negado a resolver de raíz el raquitismo fiscal que registra el país, y para no tocar los privilegios del gran capital, quid de esa inanición, a cambio exprimen al resto de los mexicanos, de por sí saturados de impuestos, cobros, “ajustes”, “actualizaciones” y demás inventos que no han resuelto nada, pero sí depauperado a la ciudadanía.
Que la del impuesto “especial” a gasolinas, diesel y gas automotriz “es una iniciativa del gobierno federal, no del PRI”, se retuercen los tricolores atrapados in fraganti; que “estamos de acuerdo con la propuesta priísta, es aceptable”, se zafan los panistas; que “son positivos los cambios acordados” por el tricolor, celebran en la Secretaría de Hacienda, pero nadie asume la paternidad del chamaco, aunque todos celebran su llegada, sin medir consecuencias por el efecto en sí y los daños colaterales.
Así están las definiciones a escasas dos semanas de presentarse el llamado paquete económico 2008 (Ley de Ingresos, Presupuesto de Egresos de la Federación y Criterios Generales de Política Económica), y mientras eso sucede (porque por ley tiene que suceder, aunque se presenten esperpentos), la propia Cámara de Diputados elaboró un análisis (El impacto en los hogares del país por la aplicación del impuesto local a las ventas finales a la gasolina y el diesel) que da una idea sobre el efecto que tendría el brillante plan de los prianistas, mientras los perredistas son felices jaloneándose la cobija.
Señala el citado análisis que el gasto promedio mensual de los hogares mexicanos para el consumo de gasolina y diesel está altamente concentrado en los más ricos del país. En promedio, el conjunto de los hogares en el país erogó (2006) 7 mil 775 millones de pesos por mes en dichos combustibles. De este total, los hogares con ingresos más bajos gastaron en promedio 34 millones de pesos en gasolina y diesel, mientras los de ingresos más altos 3 mil 262 millones.
Cada hogar del país gastó 293 pesos mensuales en gasolina y diesel en promedio. Por deciles de ingresos, los hogares con los ingresos más bajos del país erogaron 13 pesos mensuales por gasolina y diesel, y mil 229 pesos los más ricos.
La participación de cada decil (10 por ciento) muestra el alto nivel de concentración del gasto en gasolina y diesel por parte de los hogares con los ingresos más altos que representaron el 42 por ciento del total, contra 0.44 por ciento en los de menores ingresos.Leer más...
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