Ladillas

Ladillas Por Pomponio Con la Iglesia Hemos Topado – I Por el Lic. Mefistófeles Satanás El PANazismo busca llevar a México a tiempos pasados. Si no lo puede empujar hasta el siglo XVII por lo menos intentara regresarlo hasta el siglo XIX, específicamente hasta antes del fatídico año de 1857. Fue ese año cuando los liberales impulsaron una constitución laica que despojo a la iglesia de sus propiedades y de sus fueros. El día de hoy la iglesia mexicana busca recuperar su posición privilegiada. Para entender las ambiciones de Perberto, hay que recordar que beneficios gozaban los curas hasta que el indio de Guelatao los mandó a la chingada. La puta de Babilonia era la banquera principal del país. Era común ir con el cura a empeñar una alhaja o conseguir un préstamo (con intereses astronómicos). Había agiotistas laicos que le prestaban al gobierno a tazas de usura pero la principal fuente de financiamiento era la iglesia. Ningún gobierno de corte liberal podía contar con el apoyo económico de los curas. En 1836 y 1847 estos hijoeputas no soltaron ni un triste cobre para defender la patria. La iglesia era la principal propietaria de la republica. En el DF los prelados eran dueños de manzanas enteras. (Hasta donde este chamuco pendejo sabe, Cristo solo tenia un changarro jodido de carpintería.) Los curas cobraban puntualmente pero sus propiedades tenían la peor reputación. Según las crónicas, las covachas que la iglesia rentaba "no tenían ni una puerta con llave que funcionara, tenían goteras al por mayor, en las paredes habían grietas, y abundaban la suciedad y toda clase de bichos, pero los curas no soltaban un quinto para su reparación." La constitución de 1857, específicamente la Ley Juárez, les quitaba a los curas sus propiedades. Muchas de estas habían sido concesionadas por los ayuntamientos pero los curas las habían explotado por siglos como si fueran suyas. Bajo la nueva constitución los inquilinos podían reclamarlas y convertirse en propietarios y pagarían impuestos y reactivarían la economía. Respecto a los fueros, en palabras del mismo asnobispo Pelagio Labastida: "la iglesia y sus prelados no podían estar sujetos a las leyes mexicanas pues son súbditos estos de una potencia extranjera, el Vaticano, y solo pueden ser juzgados bajo las leyes de Roma". Con gusto los liberales mandaron a la chingada al asnobispo. Ya se imaginaran como reaccionaron los cuervos ante la nueva constitución. Apenas unas semanas antes de su proclama los curas financiaron sublevaciones en varias partes de la república. En Puebla se alzaron en armas Osollo, Miramón, y Mejia con el pretexto de "defender la religión que nuestros padres nos heredaron". Fue el preludio de la guerra de tres años que desoló la republica y propicio la intervención extranjera. Con tal de mantener sus propiedades y sus fueros la iglesia mexicana no tenia reparo en derramar sangre. Históricamente, la iglesia mexicana es un peligro para México. (continuará)