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miércoles, julio 05, 2006

SERGIO AGUAYO EN EL REFORMA.

IFE descompuesto.

En el momento menos oportuno la credibilidad del Instituto Federal Electoral sufre un golpe brutal. Lo que durante el día se había ido filtrando fue confirmado en una reunión convocada de urgencia por los consejeros electorales: los resultados difundidos por el PREP -y tomados por buenos por México y el mundo- eran erróneos; falta por contabilizar 13 mil 921 casillas o más de 3 millones de votos.

La elección sigue abierta.En las batallas políticas, el victorioso solicita el olvido de las acciones o declaraciones que envilecieron el combate y hace un llamado urgente para que el vencido reconozca la derrota y, de esa manera, se amarre políticamente el hecho. En ocasiones, el perdedor exige esclarecer lo que sucedió para asegurarse de que el proceso, además de legal, fue legítimo.

En las elecciones presidenciales de 1994 la basura se quedó guardada porque hubo coincidencia en que las irregularidades no modificaban los márgenes del triunfo del candidato del PRI, Ernesto Zedillo.Desde la noche del domingo 2 de julio, el IFE fue presentando resultados en el PREP que ponían un punto adelante a Felipe Calderón; el lunes se mantuvo la delantera hasta que llegaron al 98.45 por ciento de las casillas incorporadas. Calderón festinó su victoria haciendo llamados a la reconciliación, el PAN pidió al IFE que reconociera la victoria del panista, y surgió un coro celebrando lo inmaculado y sólido del profesionalismo del IFE.

El PRD y López Obrador se negaron a reconocer la derrota e insistieron en que por lo cerrado de las elecciones tenían que contarse todos los votos y aclararse todas las irregularidades.Un resumen de los razonamientos al interior del PRD apareció este martes en una columna de Ricardo Monreal Ávila, integrante del equipo cercano de López Obrador, para Milenio.

En su listado de irregularidades incluye las campañas negativas y el monto de los financiamientos; la participación del presidente Vicente Fox en la promoción del voto por Felipe Calderón; la posible compra y coacción del voto que incluye la utilización de programas sociales federales, estatales y locales; la inequidad de una parte de las televisoras; y, finalmente, la inducción del voto realizada por algunos empresarios con sus empleados.

En su listado también aparece la inconsistencia de 3 millones de votos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP): "la diferencia entre la tasa de participación y el cómputo total de sufragios. Mientras la tasa de participación del 59% reportada por el PREP para un padrón de 72 millones de electores debería traducirse en 42 millones de sufragantes, el cómputo preliminar ascendió a 39 millones. ¿Dónde quedó la diferencia, es decir, tres millones de votos?".

El martes por la tarde, los consejeros del IFE convocaron de urgencia a las principales organizaciones cívicas que llegaron con su pluralidad; también estaban diversos organismos internacionales. Entre otros, estuvieron representantes de Alianza Cívica, del Comité Conciudadano de Seguimiento del Proceso Electoral, del Diálogo Democrático Nacional, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y de la Misión de Observación de la Unión Europea.

En un salón abarrotado, un consejero confirmó que al IFE le faltaba por incluir 13 mil 921 casillas por lo que es falso que el PREP contenga el 98.45 por ciento de los resultados de las casillas. De hecho, falta por computar alrededor del 8.5 por ciento de los votos, lo que puede traer cambios de diferente tipo.Uno de los estudiosos de las elecciones más sofisticados, y menos reconocidos, es el chihuahuense Hugo Almada de Alianza Cívica y el Comité Conciudadano que hizo una serie de consideraciones técnicas hasta llegar al punto central: "el IFE engañó al país y al mundo haciéndonos creer que Calderón había ganado" cuando la elección todavía está abierta.

Clara Jusidman, Alberto Athié y Denise Dresser continuaron señalando otras inconsistencias e irregularidades asociadas con la elección, mientras los observadores internacionales tomaban apuntes sin parar. Los consejeros respondieron algunas de las críticas y comentarios pero aun teniendo la mejor de las intenciones quedaron en el aire muchísimas preguntas. El salón estaba impregnado de escepticismos, inquietud y desconfianza, mucha desconfianza.

Los errores del IFE llegan en el peor momento posible y ponen en entredicho el profesionalismo y la seriedad de un instituto electoral que le cuesta al país una fortuna y del cual depende la paz social. Por el momento sus errores justifican la desconfianza y apuntalan la ferocidad de la batalla legal, mediática y política de los contendientes porque se alimentan las dudas sobre lo que realmente pasó.Vivimos tiempos difíciles e inéditos en los que uno de los pilares del proceso será puesto en la picota del escarnio público y el golpeteo político.

También se incrementará la responsabilidad del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife), la institución encargada de decidir la justeza de las denuncias y de fijar las sanciones respectivas.La única salida para el IFE está en la entrega detallada de la mayor cantidad de información sobre la causalidad que desembocó en estos errores. Es indispensable esclarecer las irregularidades; todas y cada una de ellas. El asunto trasciende las filias y fobias partidistas y la elección de Presidente: en México existe una izquierda y una derecha que se observan con el odio y el encono causados por la elección más larga, costosa y lodosa de nuestra historia. Para que estas corrientes superen los rencores, para que sigamos conviviendo, es indispensable aclarar las irregularidades; es un prerrequisito indispensable para dar acomodo en la vida política, social y cultural a una fractura ideológica que seguirá expresándose durante mucho tiempo.

Es momento de que el IFE y el gobierno federal aclaren qué se hizo y se dejó de hacer con los programas sociales y con instituciones tan fundamentales como la etérea Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade). Sería ridículo, contraproducente y estéril que intentaran cubrir con excusas técnicas u opacidad las preguntas incómodas que surgieron en la amarga reunión en el Salón de Usos Múltiples del IFE. Es verdad que no se cayó el sistema como en 1988 y hasta es posible que, como me comentaran en privado, "no fue adrede", pero al día de hoy esta elección dejó de ser confiable. Correo electrónico: sergioaguayo@infosel.net.mx

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