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miércoles, mayo 31, 2006

TEOCRACIA AMERICANA:PELIGRO MUNDIAL.

Eugenio Anguiano escribe en el Universal:

Peligro Mundial.

Últimamente se ha escrito mucho sobre lo que varios consideran un peligroso renacimiento del populismo latinoamericano. El nacionalismo estridente de Hugo Chávez, el reclamo vindicatorio de Evo Morales y el neoperonismo de Néstor Kirchner, todos ellos con la sombra de Fidel Castro como telón de fondo, sin duda asustan a las élites de nuestros países y a los capitalistas internacionales, aunque esto último todavía no se manifieste con claridad como contracciones en las inversiones destinadas a América Latina y el Caribe en su conjunto, ni específicamente a Venezuela, Argentina o Bolivia, donde recientemente ha habido nacionalizaciones.

A fin de cuentas, el apetito mundial por hidrocarburos y otras materias primas hace que empresas e intermediarios financieros globales continúen con sus esfuerzos por acceder a las fuentes de suministro de esos materiales, sin importar que la forma de lograrlo sea por medio de una asociación controlada por los gobiernos de los países donde se localizan tales fuentes.

Los expertos financieros coinciden en señalar que los flujos mundiales de capital destinados a las llamadas economías emergentes han llegado al techo del actual ciclo financiero, pero no porque el fantasma del populismo haya renacido en algunos países, sino por otras razones, entre ellas lo que ha venido ocurriendo con la economía de Estados Unidos durante el gobierno de George W. Bush, ayudado por un Congreso en el que predominan los republicanos y los demócratas conservadores.

A mayor abundamiento, tendencias tan o más negativas que las económicas señorean el ámbito político y social estadounidense, de manera que si de algo debemos preocuparnos los latinoamericanos y los habitantes de otras regiones del mundo, más que de los Chávez, Morales o los Ahmadineyad (Irán), es del peligroso coctel que forman la derecha, el fundamentalismo cristiano y el nacionalismo extremo de nuestro vecino del norte. Esa combinación sí que puede resultar trágica para el mundo.

Kevin Phillips, un escritor crítico que antes de serlo fue miembro de la administración del presidente Richard Nixon, piensa hoy que, de unos cuantos años para acá, EU ha dejado de ser la nación omnipotente que pinta Bush, ello debido a tres tendencias adversas a los ideales de país tolerante, laico y económicamente independiente que lo caracterizaban hasta muy recientemente.

Esas tendencias nocivas son el radicalismo religioso en la política estadounidense, la creciente dependencia de esa sociedad respecto al petróleo, y el apoyo excesivo de la economía estadounidense en el endeudamiento público y privado para poder crecer.

El libro del señor Phillips, publicado por la editorial Viking hace unas semanas, tiene un largo título que traduzco a fin de destacar lo truculento del argumento: Teocracia americana: peligro y política del radicalismo religioso, petróleo y deuda monetaria en el siglo XXI.

La creciente influencia del fundamentalismo protestante, manifestada a través de muy variadas sectas, como a la que pertenece el presidente Bush, ha surgido, argumenta Phillips, a costa de iglesias más tradicionales como son la presbiteriana y la episcopal, y ha invadido numerosos círculos políticos, atrayendo seguidores cada vez más fanatizados, con temas que van desde el movimiento pro vida, la oposición a la investigación celular y la homofobia, hasta iniciativas para modificar la Constitución y convertir al Estado en un ente religioso.

Además, la defensa a ultranza del "estilo de vida americano", estimulada por las empresas automotrices y otras afines, revirtió el esfuerzo que EU había hecho en los 70 y parte de los 80 por racionalizar el consumo de energía.

Una vez superadas las crisis petroleras, se volvió al culto por el automóvil, de manera que de los 520 millones de autos que hay en el mundo, 200 millones ruedan por las carreteras estadounidenses. Este país, cuyos habitantes representan apenas 5% de la población mundial, consume 25% de la producción global de petróleo e importa 60% de los hidrocarburos que consume, mientras que a principios de los 70 solamente una tercera parte de su consumo total se cubría con importaciones.

Como van las cosas, en el futuro Estados Unidos será todavía más dependiente del exterior en materia energética, más vulnerable a choques externos y sus políticos más proclives a intervenciones en otros países, a fin de asegurar el abastecimiento de crudos.

Más allá del libro citado, casi todos lo días aparecen noticias mortificantes y peligrosas para nuestra economía, estabilidad y seguridad nacional, y la de la mayoría de los países. La guerra de Bush contra el terrorismo se ha infiltrado en todos lados; su absurda política de reducir impuestos al tiempo que aumenta gastos militares ha llevado el déficit estadounidense a niveles que amenazan la estabilidad monetaria mundial, etcétera. En esto hay más peligro que en el populismo criollo.

Cualquier semejanza entre la ideología política de Bush y los panistas es pura y celestial dependencia, que no chiripada.

Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.

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