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jueves, noviembre 24, 2005

PRELUDIO A UN FRAUDE ELECTORAL ANUNCIADO

Hace dos años hice una calavera al IFE en la edición del Día de Muertos del TOLIRO NIUS en la que esencialmente denuncié la marranada que hizo el PRIAN al imponer a los consejeros electorales elegidos personalmente por Roberto Madrazo. El PRD se opuso. El PAN no. Aceptó en lo oscurito que el PRI impusiera a los consejeros de Madrazo a cambio de los lugares en el IFE que le correspondían al PRD. Con esto el PAN no ganó nada, puesto que la mayoría de los consejeros son del PRI. O bueno, si ganó algo: un IFE "a modo" que se hiciera de la vista gorda si el PRIAN hacía un fraude electoral en las elecciones del 2006.

(Curiosamente ante el tamaño de semejante marranada, el monero de la derecha--o sea PUERCO CALDERÓN--hizo un cartón dominical en el que justificaba esta chingadera en base a que "pos es que así es la democracia." Ajá; o sea que para la derecha hacer marranadas está bien nomás si las hacen ellos.)

Este fraude es el que el peje ha estado mencionando varias veces en sus mítines durante su gira por el país, pero los medios no le han querido dar seguimiento a la acusación. Hoy, finalmente, un periodista se puso a hablar al respecto: Ricardo Rocha.

Dice Ricardo Rocha en su columna del Universal:

El IFE y la Corte: bajo sospecha

Lo peor que nos puede pasar de cara al 2006 es que las pocas instituciones confiables que nos quedan caigan en el descrédito.

Eso, por desgracia, parece ocurrir con el Instituto Federal Electoral y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En ambos casos, hay sospechas fundadas de que perviven ciertas intenciones de favorecer a algunos y perjudicar a otros.

Ya he señalado que para mal fario de este IFE nació con todo el sello del "PRIAN" porque el PRD fue excluido de la posibilidad de sugerir consejeros. Hoy, ese pecado original se expresa en el extraño acuerdo entre el PRI y el PAN para meter al congelador las campañas presidenciales durante largos 38 días desde el 11 de diciembre al 18 de enero, cuando dan inicio formalmente. La justificación oficial para esta cuarentena tan inesperada como insólita es tan confusa como abstracta: "Favorecer la equidad" en el proceso; aunque el IFE nunca argumenta explícitamente por qué una medida tan extraña propendería a este fin. En cambio, sí evidencia implícitamente que está beneficiando a los candidatos de los partidos que la promovieron en perjuicio del PRD. Y es que está muy claro que Andrés Manuel López Obrador lleva una doble ventaja sobre sus contrincantes: en todas las encuestas aparece todavía como el favorito con diez o más puntos de ventaja desde hace más de dos años; pero tan o más importante es que estratégicamente ya está en campaña como el candidato único de la izquierda en un recorrido que lo ha llevado a más de 200 ciudades y pueblos a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. Frenar esta inercia busca perjudicarlo notablemente. En cambio es bien sabido que Felipe Calderón y Roberto Madrazo acaban de emerger como candidatos luego de respectivos y feroces procesos internos de los que han salido triunfadores pero con magulladuras ostensibles, que obligan a una recomposición de fuerzas y ajustes no sólo en sus equipos de campaña sino en sus propias estrategias y hasta en las estructuras de sus partidos. Eso toma tiempo. Y es lo que les está dando el IFE generosamente.

Pero, además, la absurda disposición del obligado compás de espera es un terreno minado extremadamente peligroso. El reglamento establece, por ejemplo, que en ese oscuro lapso los candidatos no podrán hacer proselitismo ni a través de anuncios espectaculares ni en spots de radio y televisión, aunque sí podrán ser entrevistados en medios de comunicación, siempre y cuando no aborden "temas de campaña". A ver: ¿cuáles son esos temas de campaña tabú? ¿Le dará el IFE a cada uno un manual de los buenos exploradores para evitar que extravíen el camino? Aun suponiendo sin conceder: ¿un candidato que asista a la radio y la televisión a hablar de sus conocimientos de sánscrito estará dentro de la ley, pero la romperá en cuanto se refiera a las pipis y a las gañas? Más aún, el dichoso reglamento establece que el candidato podrá efectuar "actos internos de partido". ¿Quiere decir, encerrados a piedra y lodo o que infringirá las normas si lo hacen en un lugar abierto? ¿Y qué pasa si es aplaudido cuando vaya a un mercado? ¿Será esta una grave infracción si casualmente lo ve alguno de los celosos guardianes de la legalidad del IFE? Es francamente ridículo. Por último: ¿quiénes serán los jueces, con qué criterios y qué sanciones impondrán a quienes determinen que no han sabido diferenciar los límites entre lo público y lo privado a su muy personal e inflamado entender? Doblemente ridículo.

Y es que a propósito de criterios confiables, este IFE no ha sido muy convincente cuando se trata de juzgarse a sí mismo. Por lo pronto, ya le están lloviendo demandas por quejas de empresas dedicadas al monitoreo mediático en campañas electorales. La queja es seria: que el instituto no ha sido ni transparente ni justo en la asignación de millonarios contratos para esta tarea. Lo acusan de favorecer a empresas afines a grandes medios en decisiones interesadas, cuando debió tratarse de licitaciones abiertas y transparentes. Para colmo, aparecen datos inquietantes sobre los excesos de los señores consejeros que suelen gastar como marahajás en hoteles, comidas y aviones, sobre todo cuando viajan al extranjero. Los montos son tan exorbitantes que ni siquiera una transnacional los autorizaría para sus altos ejecutivos. Para ellos se inventó la business class. Pero este servicio estupendo les ha parecido poco a los señores consejeros y consejeras que exigen primera clase. Prohibitiva aun para los muy ricos porque excede seis o más veces el precio de la clase turista. Más allá del dispendio, esta es una señal de la arrogancia que caracteriza al actual Consejo del que se supone debiera ser el máximo órgano ciudadano del país y que ahora, lamentablemente, está bajo sospecha.

Y en la Corte Suprema, las cosas no andan mejor. Luego de la brutal crisis de credibilidad que la golpeó severamente en los casos del paraje San Juan, el predio El Encino y el desafuero de AMLO, frente a la subordinación al Ejecutivo, las intencionadas visitas a Los Pinos y el irrestricto apego al Presidente en su apoyo a los banqueros y sus finanzas por los pagos del Fobaproa-IPAB, ahora el asunto está peor.

La Corte acaba de emitir un fallo no sólo impopular sino profundamente injusto, al favorecer los intereses de una particular frente a los de una cooperativa ejemplar como es Refrescos Pascual, que aunque apenas representa 5% del mercado frente al abrumador 95 de las grandes transnacionales sí es en cambio uno de los poco iconos que nos quedan en la industria mexicana. Como se sabe y a pesar de los argumentos de la respetabilísima ministra doña Olga Sánchez Cordero, el resto de los 11 ministros consideró que una cooperativa que genera 5 mil empleos directos y muchos más indirectos no es causa de utilidad pública. Así, el fallo sobre la propiedad de los terrenos en que se ubican sus plantas pone en riesgo la existencia de Pascual, su cooperativa y sus trabajadores.

Lo curioso es que la decisión de la Corte así a secas invalida el decreto expropiatorio de 2004 favorable a Pascual y expedido por el entonces gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

Casualmente.


Y es precisamente por esto que le urgía al PRIAN inflar las encuestas a favor de Calderón. El PRIAN sabe perfectamente que con las encuestas de a deveras es muy difícil justificar un fraude electoral. Sólo se podría justificar, y el IFE estaría mas que presto para hacerse de la vista gorda, si se crea la imagen, aunque sea falsa, de que hay un "empate técnico."

Es por eso que dije que no debíamos bajar la guardia. Contra el peje, y contra los que de verdad queremos un cambio verdadero en el país no sólo está el PRIAN, Salinas, los medios y los empresarios y banqueros rateros, sino también el IFE y la SCJN.

¿Por qué creen que Adela Micha le preguntó al peje que si aceptaría una derrota electoral? Por que sabe perfectamente que la gente no lo permitiría; que NADIE lo creería; que TODOS sabríamos que se trató de un fraude. Y si el peje no acepta una derrota producto de un fraude el país se va a la guerra civil. Punto.

Así que la responsabilidad que tenemos es mayor de lo que creemos. Si no hacemos nada, si no decimos estas verdades, corremos el riesgo de que el PRIAN se salga con la suya y que el fraude que han estado fraguando con un IFE "a modo" se lleve a cabo sin mas ni más.

Así que no se queden sentados sin hacer nada. Mandar e-mails no es suficiente. Hay que llevar el mensaje a la calle. Pintar mensajes con pintura para zapatos blanca en los cristales del carro; volantear; pegar volantes en los postes; ponerse el listón tricolor; ALGO. LO QUE SEA. De aquí a Julio del 2006 NO PODEMOS BAJAR LA GUARDIA. Y menos cuando sabemos que se está fraguando un fraude PRIANista que sólo prodremos evitar mientras la gente sepa LA VERDAD.

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